Mi siguiente reseña va para The frozen ground, thriller basado en hechos reales escrito y dirigido por el realizador neozelandés Scott Walker, protagonizado por Nicolas Cage, John Cusack y una estupenda Vanessa Hudgens. Poniendo de manifiesto la mezcla de falta de medios, desidia y negligencia reinantes en Anchorage entre finales de los 70 y principios de los 80 -claro que si atendemos al retrato que se nos muestra de la fría, gris y depresiva Alaska urbana alejada de los documentales de sus bellos paisajes naturales, a lo mejor hasta es comprensible-, nos cuenta la historia de Robert Hansen –un en apariencia ejemplar padre, marido y miembro de la comunidad- que secuestraba prostitutas, las torturaba y luego soltaba en el bosque para darles caza como a un animal. Pese a las abundantes pruebas existentes –que nadie se ocupa en relacionar-, el único agente de la ley que se interesa por el caso es el inspector Jack Holcombe, quien necesitará de la ayuda de una joven prostituta llamada Cindy, la única víctima de Hansen que logró escapar de sus garras, para detener al asesino.
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