Y cierro la sesión cinematográfica con The machine, opera prima del galés Caradog W. James, una aceptable muestra de ciencia ficción británica que ha cosechado unas críticas bastante buenas allá por donde ha pasado. Sin embargo, no creo que haya para tanto. El argumento de la cinta es de todo menos original. Tenemos a una Gran Bretaña en recesión por culpa de una guerra fría con China que está dedicando sus esfuerzos a crear una fuerza militar formada por soldados cibernéticos dotados de inteligencia artificial. El encargado científico del proyecto, Vincent McCarthy, ha vendido su talento y esfuerzos al gobierno aun a sabiendas de que utiliza a seres humanos como cobayas y que el objetivo de sus mecenas no es otro que la supremacía bélica ante China. Sin embargo, se toma el asunto como la oportunidad de investigar una solución a la enfermedad neurodegenerativa de su hija. Tras un accidente que casi le cuesta la vida, una nueva colaboradora es fichada por el Ministerio para ayudarle en la construcción de una computadora cuántica que aprenda de las experiencias. Sin embargo, las cosas no salen como sería de desear.
Eso sí, Caity está muy mona.
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