domingo, 23 de marzo de 2014

Bullet


Mi segunda reseña dominical va a ser para Bullet, una peliculilla policíaca escrita, dirigida y producida por Nick Lyon –os diré que Robert Rodríguez también aparece a la hora de poner dinero- que protagoniza Danny Trejo. La historia que nos cuenta es la de Frank Marasco, un policía duro al que hemos visto en el desierto con su SMS 570 Challenger –nadie en su sano juicio pondría a ese coche de casi 70.000 dólares sobre la arena- y boxeando en peleas clandestinas. El hombre tendrá que enfrentarse a Carlito Kane, un peligroso asesino que ha secuestrado a su nieto con el fin de obligarle a exculpar a su hijo Manuel –a quien Marasco detuvo-, en el corredor de la muerte del penal de San Quintin. Piltrafillas, los que me seguís sabéis que la honestidad en este espacio cinematográfico es algo de lo que hago gala. Es decir, que a veces veo películas muy malas que no os oculto que lo son y aun así os recomiendo que disfrutéis, simplemente porque creo que su patetismo es precisamente su principal valor. 


Otras veces, cintas que para mi son pequeñas joyas quizás no os lo parezcan a vosotros, pero tened por seguro que yo estoy convencido de lo contrario. Sin embargo, lo que nunca hago es recomendaros la visión de basura en la que opine que no debéis invertir ni un segundo de vuestro preciado tiempo. Y os tengo que ser sincero, Bullet es de estas últimas. Con apariencia de telefilme y sin ser un argumento demasiado original que digamos, aquí –al contrario que en Bad country- no encontramos ni fotografía cuidada, ni buenas interpretaciones –solo se salva la de Jonathan Banks, pero la de Eve Mauro, por ejemplo, es de vergüenza ajena- ni creo que el mismísimo Nick Lyon imaginase que lo que estaba haciendo tenía algún interés. Además, todo el argumento está al servicio de Trejo –recordad, un tipo bajito ¡y de 69 años!- que acaba enfrentándose él solo –con éxito- a un numeroso grupo de asesinos fuertemente armados. Imagino que Bullet ha ido directamente al mercado del DVD –Dios es justo- por lo que no debéis preocuparos con entrar sin querer en alguna sala comercial en la que se proyecte. Resumiendo, que si tenéis la tentación de alquilarla, comprarla, verla on line o bajarla de alguna de esas demoníacas páginas de enlaces... olvidaos de ello. Os he avisado.

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