Despido mis reseñas de hoy con Isabella, duchessa dei diavoli, una cinta de 1969 dirigida por Bruno Corbucci, basada en el comic homónimo –una mezcla de erotismo y aventuras en un contexto histórico- con guión de Giorgio Cavedon y dibujos de Sandro Angiolini. Así, esta coproducción italo-monegasca nos explica la historia de la pequeña Isabella, heredera del Duque de Frissac que –tras asistir escondida al asesinato de su familia a manos del Barón Eric Von Nutter-, es rescatada por un sirviente y crece al amparo de una comunidad de gitanos hasta que llega el momento de su venganza veinte años más tarde.
Protagonizada por la alemana Brigitte Skay –Riedle era su verdadero y poco cinematográfico apellido- y Fred Williams –otro alemán, habitual en cintas de Jesús Franco, en el papel del Vizconde Gilbert de Villancourt-, Isabella, duchessa dei diavoli es como ver una típica película folletinesca de espadachines con zíngaros, nobles franceses y trama de venganzas aderezada con varias escenas en las que aparecen cuerpos femeninos desnudos en la que se nos explican las aventuras de la joven noble Isabella, una bella y orgullosa pelirroja, hábil con las dagas, la espada y –aquí no me entendáis dobles sentidos- la lengua. Poco más se puede decir de este divertimento palomitero de ambientación muy correcta y aceptables interpretaciones con fotografía de Fausto Zuccoli.
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