sábado, 7 de diciembre de 2013

BMW 507


Y aprovechando que hace un mes que se celebró el 120º aniversario del nacimiento de Raymond Loewy, hoy quiero dedicar una entrada a uno de sus diseños en el mundo del automóvil. Nacido en París, su carrera se inició en Nueva York como montador de escaparates de grandes almacenes entre los que se contaban Macy’s o Saks 5th Avenue. Tras un tiempo dedicado a la ilustración de modas para Vogue o Harper’s Bazaar, a finales de la década de los 30 comenzó a trabajar para la Pennsylvania Railroad diseñando locomotoras estilizadas y aerodinámicas, lo que le llevó a iniciar su colaboración con Studebaker Corp. Y fue por esa época cuando entró en contacto con Albrecht Graf von Görtz, que había diseñado el BMW 507. El aristócrata alemán encontró a Loewy en Nueva York y este último le ofreció trabajo en su estudio, lo que –además de una fuerte amistad- proporcionó a Raymond la posibilidad de idear uno de sus más bonitos coches, al margen de Studebaker. Con la base del 507 original, Loewy diseñó un BMW que nada tenía que ver con las líneas de los vehículos que la marca tenía en circulación por aquel entonces y encargó la construcción del prototipo a a Pichon et Parat de París. El resultado fue un BMW 507 presentado en París dos años después de la aparición del de Von Görtz, un precioso automóvil que el propio Loewy disfrutó durante años por las calles de Manhattan hasta que lo donó al Museo de Historia Natural de la ciudad. 


Por supuesto, no puedo dejar de mostraros el no menos bello diseño del 507 original de Albrecht Goertz, autor del elegante deportivo de estilizadas líneas de inspiración italiana que se presentó al público en el Salón del Automóvil de Nueva York de 1955.

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