domingo, 22 de septiembre de 2013

Serpiente de Mar (1984)


Amiguitos, si mi primera elección ha sido una moderna cinta exploitation en su vertiente de violencia gratuita, finalizo el domingo con un exponente del cine de serie Z más cutre realizado en nuestro país en los años 80. Concretamente os hablo de Serpiente de mar, una casposa película del subgénero de monstruos escrita y dirigida por Amando de Ossorio, que supuso su despedida del cine y le dejó físicamente mermado. Y es que no hay para menos. En mi versión, constan los ficticios Gordon A. Osborn y Gregory Greens como guionista y realizador respectivamente, cuando en ambos casos debería constar el nombre de Ossorio. Eso sí, a la producción y en letras bien grandes, aparece el todopoderoso José Frade, mecenas de todo tipo de exploitation casposa hispana y multimillonario gracias a ello. En Serpiente de mar encontramos a Timothy Bottoms, que había protagonizado Johnny cogió su fusil pero no era conocido masivamente como estrella de Hollywood en nuestro país, a un televisivo Jared Martin visto en mil y una series de la época, a Taryn Power, otra de esas petardas que creía que tener un padre actor le convierte a una en estrella del cine y a un Ray Milland en horas bajas que se apuntaba a un bombardeo por dinero. El argumento –no del todo malo, pero echado a perder por interpretaciones patéticas, efectos especiales cutres y un guión deslavazado- nos cuenta como el ejército norteamericano pierde una bomba atómica en el Atlántico y para que no caiga en manos soviéticas la hace detonar, sacando de su letargo a un monstruo marino con forma de serpiente gigante. Un capitán gallego cuyo barco de pesca es hundido por el monstruo, al que nadie cree y al que han retirado la licencia de patrón acusado de estar ebrio une sus fuerzas a las de una turista norteamericana que ha visto como la bestia engullía a su mejor amiga en la playa de Estoril, y –con la ayuda de un reputado oceanógrafo- se empeñan en destruir al monstruo. 


Piltrafillas, no os engañaré. Serpiente de mar está considerada por la crítica especializada como una perfecta basura, uno de los exponentes más deleznables y vergonzosos del cine exploit hispano. Culpa de ello –en parte- la tuvo, según Ossorio, el ínclito Frade, que gastó su dinero en las mencionadas dudosas estrellas norteamericanas del elenco en detrimento de los necesarios efectos especiales. Con deciros que las imágenes de la serpiente en su cueva estaban rodadas en una pecera, os podéis hacer una idea de lo cutre de la producción. Demasiado oscura, con tomas del bicho que se repiten en cada escena en la que aparece, unos personajes planos que mantienen diálogos estúpidos... total, una joya bizarra que debe verse al menos una vez en la vida si se quiere ser un verdadero friki-fan del cine español de baja estofa.

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