domingo, 8 de septiembre de 2013

Hell baby


La primera cinta del domingo es la norteamericana Hell baby, una comedia de terror del subgénero de posesiones diabólicas dirigida al alimón por Robert Ben Garant y Thomas Lennon, un par de idiotas –en el sentido jocoso del término- cuyo ¿mérito? más conocido a nivel internacional es haber sido los autores del guión de las dos entregas de Noche en el museo y que se han reservado en esta el papel de una pareja de sacerdotes exorcistas. El argumento nos cuenta como el matrimonio formado por Jack y Vanessa Watson –ella embarazada de gemelos- se instala en una vieja casona de Nueva Orleans a la que los lugareños llaman Casa de la Sangre. Ello despierta la curiosidad de los vecinos, en particular la de un tal F’resnel, un tipo que aparece continuamente en casa de los Watson cuando menos se lo esperan. Jack tendrá que acostumbrarse a que su esposa comience a tener un comportamiento extraño –cosas como fumar... o beber disolvente- y a que el vecino utilice sin avisar su cuarto de baño. Los tres, la hermana de Vanessa –que no tardará en llegar de visita-, la policía y una pareja de sacerdotes italianos que viajan por el mundo peleando con el Diablo acabarán siendo testigos y víctimas de la llegada al mundo del hijo de Satán. 


Total piltrafillas, Hell baby es una entretenida cinta parodia hecha con más voluntad que talento, que no pasará a la historia de las mejores películas de cine fantástico del año, pero que se deja ver con una sonrisa en la cara. Sustos hilarantes, situaciones grotescas, diálogos con sexo, escenas gore, momentos escatológicos varios –pedos, eructos y vómitos-, elementos típicos del cine de posesiones demoníacas –crucificados, un extraño Rottweiler, cuervos, pentagramas- y una orgía de sangre y violencia políticamente incorrecta al final de la cinta -que no os desvelaré del todo pero que sobrepasa el concepto de maltrato infantil- califican esta película de humor estúpido muy norteamericano –coeficiente de inteligencia bajo cero- que os recomiendo que veáis sin complejos, aunque también sin esperar gran cosa. Fast food movie sin más pretensión que la de distraer un rato, presta para ser olvidada posteriormente. Atención a la historia de por qué el Padre Sebastián decidió consagrar su vida a Dios.

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