Trance

Y la segunda película del domingo es el reciente estreno Trance, la última del británico Danny Boyle. El argumento nos cuenta como Simon, un empleado de una casa de subastas que participa en el robo de una pintura de Goya, recibe un golpe que le hace perder parcialmente la memoria y no recuerda dónde ha escondido el lienzo. Así pues, el jefe de la banda contrata a la hipnoterapeuta Elizabeth Lamb –Isabel Cordero, si esta tuviese consulta en la ciudad del Pisuerga- para que ayude a Simon. 

Bonita fotografía, interpretaciones muy dignas –tampoco son para lucirse, se trata de una cinta más de historia que de actores- y un argumento que no sabes muy bien dónde te lleva. Aquí el mérito es de Boyle, que engaña al espectador estableciendo un paralelismo entre este y Simon, convirtiéndonos en pacientes sometidos a hipnosis intentando discernir qué es real y qué es una trampa argumental. En resumen, Trance es estéticamente preciosa y tiene un guión entretenido en el que la trama de un triángulo amoroso protagonizado por Vincent Cassel, James McAvoy y Rosario Dawson se mezcla con un thriller de misterio aliñado con pinceladas de sexo y violencia que el realizador va dando aquí y allá a lo largo del enrevesado metraje. Recomendada del todo.