Hola, seguidores de mis entradas cinéfilas. Ya lo sabéis, si hoy es domingo, esto es una más de mis sinceras críticas dedicadas a películas de lo más diverso. Hoy os traigo dos cintas de lo más actual –nada de sexploitation de los 70 o gore ochentero-, así que atentos. La primera de la que os quiero hablar es la norteamericana Olympus has fallen, una de acción protagonizada por Gerard Butler. El argumento nos cuenta como el agente Mike Banning se ve forzado a dejar su puesto en el entorno del Presidente y su familia tras un desgraciado accidente, siendo relegado a un anodino trabajo de oficina en el Departamento del Tesoro. Sin embargo, cuando la Casa Blanca es tomada por un comando norcoreano, Banning se convierte en el único ser humano capaz de salvar la vida de los rehenes.
Y ya está amiguitos, poco más hay que decir de Olympus has fallen, que en sus dos horas –excesivas- de metraje palomitero cumple el cometido de hacernos pasar una amena tarde de verano sin pensar demasiado en sesudos giros de guión o dobles lecturas. Todo lo contrario. Y es que, tras un trepidante primer tercio de película, Banning se convierte en un mezcla de John Rambo y Casey Ryback e incluso John McClane, aunque cambiando el Nakatomi Plaza por la Casa Blanca. Eso sí, es igual de inverosímil que cualquiera de las cintas de Stallone, Seagal o Willis. Total, que la peli es distraída aunque quizás hubiese ganado con algo menos de metraje en la segunda parte de la acción, que se convierte en la típica sucesión de muertes violentas a manos de un supersoldado en su camino hacia el cabecilla del comando a través de los devastados pasillos del –en teoría- edificio más protegido del mundo. Lo dicho, más que indicada para una sesión estival de cine comercial al abrigo del aire acondicionado, justo antes de unas cervecitas, unos nachos y un perrito caliente. That’s America, boys! God bless you all.
De bonus, un poco de exotismo oriental a cargo de Malana Lea (también conocida como Elizabeth Tsing), aquí en el papel de la mala, malísima, lugarteniente del malvado Kang.
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