Le toca a la fotógrafa sueca Elisabeth Ohlson, una artista enamorada de los maestros del Barroco que en la actualidad trabaja en editoriales y publicidad pero que se hizo famosa a finales de los 90 por sus exposiciones provocadoras en las que la imagen de Jesucristo aparecía en entornos de homosexualidad y transexualidad, lo que –además de notoriedad- le generó no pocos problemas.
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