domingo, 12 de mayo de 2013

The Lords of Salem


Amiguitos, aquí está por fin, The Lords of Salem, la última cinta de Rob Zombie, una película a la que le tenía muchas ganas. Centrada en el personaje de Heidi LaRoc –protagonizado por Sheri Moon Zombie, la esposa del realizador-, la historia que se nos cuenta es la de la joven disc jockey de una emisora local de Salem y lo que para esta supone recibir un extraño vinilo del grupo The Lords. Mientras, nos enteraremos de la historia negra del pueblo, cuando a finales del siglo XVII, Margaret Morgan y sus acólitas fueron acusadas de brujería y quemadas en la plaza pública y conocemos un dato esencial: al grupo de mujeres rebeldes se las conocía como The Lords of Salem, lo que no es ninguna coincidencia. La traumatizada Heidi –que desde que recibió el disco, no ha parado de sufrir alucinaciones- recibe un nuevo regalo en forma de unas entradas para el concierto de The Lords. Sin embargo, como habréis imaginado, todo forma parte de un plan de The Lords of Salem para vengarse de los descendientes de aquellos que las asesinaron. 


Amiguitos, ya os he avanzado que hace meses que perseguía la oportunidad de disfrutar de la nueva obra de Rob Zombie. Durante este tiempo he estado leyendo algunas críticas de lo más dispar, desde las que opinan que es una película de culto a las que la ponen a la altura del betún. Sinceramente, debo deciros que no es una basura sin interés, pero estoy bastante de acuerdo en lo de que se convertirá en objeto de culto, más que nada porque ese es el cajón de sastre de las películas que no tienen éxito y solo reivindican seguidores acérrimos y frikis como yo. The Lords of Salem es algo lenta al principio, su argumento es simple –la historia tiene poco de complicada- y carece de sorpresas argumentales. Sin embargo, tiene algunos sustos, una fotografía aceptable, una buena banda sonora y detallitos cinéfilos –pinceladas, apenas- como ese pasillo resplandoriano o los fragmentos de antiguas películas de los '50. Todo eso al principio, porque conforme avanza el metraje, The Lords of Salem se convierte en una peliculilla vacía, un regalito de Robert a su amada Sheri Moon, la estrella de una historia de brujas mil veces vista cuyo principal atractivo consiste en disfrutar en lo posible de una estética visual marca de la casa –los últimos minutos son una ida de olla total- en la que desgraciadamente no encontramos demasiados ejemplos de humor negro, ni de violencia gore, ni personajes freaks carismáticos. En resumen, un telefilme de sábado por la tarde que –de no ser por la firma de Rob- no hubiese despertado en mi la menor empatía. 
Pero, piltrafillas, este es el tipo que dirigió House of 1.000 corpses, Devil’s Reject o la revisión de Halloween, el hombre que grabó Thunderkiss ’65 o More human than human y le tengo simpatía... sympathy for the Zombie.

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