lunes, 8 de abril de 2013

Cuenca Part IV


Mi serie Cuenca Part IV comenzó el Sábado Santo temprano, caminando en manga corta por la calle mientras lugareñas de mediana edad embutidas en abrigos que paseaban a sus perros me miraban como se debe mirar a un extraterrestre. El cielo era un mar azul trufado de nubarrones entre los que se colaba el sol -un sol de tormenta de brillo incómodo- y en la sombra acechaba el frío, pero al menos no llovía y sobre mi cabeza no se extendía el triste y amenazador manto grisáceo de la tarde anterior. El Huécar bajaba cargadito y salvaje, la ciudad recuperaba la esperanza y engalanaba sus balcones dispuesta a disfrutar de las procesiones. Desde la Plaza de la Constitución se veía claramente el Cerro del Socorro con el monumento al Sagrado Corazón y yo me dispuse a disfrutar de un nuevo día de Semana Santa en Cuenca. Eso sí, antes regresé al hotel para coger una chaqueta y tomarme un café con leche bien calentito y unos croissants con mermelada.

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