Piltrafillas, en relación a mi fin de Semana Santa en Cuenca, he dejado lo mejor para el final. Después de días de lluvia que habían obligado a las diferentes hermandades a cancelar las procesiones una tras otra, finalmente el tiempo dio una tregua a conquenses y forasteros y permitió que tuviese lugar la Procesión del Encuentro, dicha así porque desde la iglesia de San Andrés parten las procesiones del Cristo Resucitado y de la Virgen del Amparo por dos caminos diferentes, bajando de la ciudad antigua hasta la Plaza de la Constitución, en donde se encuentran madre e hijo teniendo lugar el milagro y el culmen de las fiestas de Semana Santa en la ciudad. El punto álgido de encuentro es cuando la Virgen –ya delante de Cristo y en medio de un respetuoso silencio- se desprende del manto negro de luto y aparece uno verde con filigranas doradas. Entonces tiene lugar otro de esos momentos en los que queda de manifiesto que la aconfesionalidad del Estado es una patraña. Mientras las hermandades unen a la Virgen y a Cristo, se sueltan palomas y la banda toca el himno de España, que ya me diréis que narices tiene que ver con todo esto. En fin.
Se me ha vuelto usted de un beato que da miedo!!!!
ResponderEliminar¿Beato?, lea entre líneas, lea... y fíjese en los detalles. Beato dice jajajaja
ResponderEliminarAhora bien, como manifestación artística, la unión de colores es muy plástica.