Piltrafillas, inicio hoy mis reseñas con Shadow Dancer, un thriller inusual ambientado en la comunidad católica de Belfast. La historia –protagonizada por Clive Owen y Andrea Riseborough- nos cuenta la historia de Collette McVeigh, una terrorista del IRA que es detenida en Londres cuando va a cometer un atentado. Entonces el MI5 le ofrece un trato: podrá regresar a casa siempre y cuando se convierta en informadora. Collette, ante la perspectiva de no ver más a su hijo y que se lo arrebaten los servicios sociales británicos, acepta traicionar a los suyos. Mac, el agente al cargo de su expediente, se involucra cada vez más en el caso llegando a establecer una peligrosa relación con la terrorista que le hace enfrentarse a sus jefes cuando estos le demuestran que Collette no es más que una pieza prescindible en la guerra entre el IRA y los servicios secretos de Gran Bretaña.
El IRA, el MI5, espías, terroristas, Belfast... ¿acción?, pues no, nada de eso. La palabra que define a esta cinta es GRIS. Así es amiguitos, en esta
Shadow Dancer en la que los sentimientos afloran incómodos en medio de un mundo de violencia y traición, el ambiente es gris –acentuado por una estupenda música-, gris como las nubes del cielo de Belfast –en realidad está rodada en Dublín-, gris como las fachadas de las casas de barrio obrero en las que crece el germen del resentimiento y el odio, gris como las frías aguas de la pretendida desembocadura del Lagan y gris como las existencias de Collette y Mac. El desarrollo es lento, mucho, pero la fotografía y la mayoría de escenas que transcurren en lugares cerrados ayudan a transmitir la angustia de la historia y a mantener la tensión haciéndonos esperar que el delicado equilibrio de la situación se quiebre por cualquier parte. En ese sentido,
Shadow Dancer no es un
thriller al uso pero cumple el objetivo de matenerle a uno atento hasta el final, un final que os sorprenderá. En resumen, una cinta muy recomendable para degustar en penumbra, silencio y con una copa a mano. Me ha encantado
Clive Owen, me ha gustado encontrarme con
Gillian Anderson... pero quien de verdad se lleva la palma en cuanto a interpretación es la mencionada
Andrea Riseborough en su papel de Collette McVeig, con esa cara que uno no sabe si es de infinita tristeza o implacable frialdad.
Y para los jóvenes que no lo sepan, deciros que Gillian Anderson es una actriz de 44 años por la que este que os escribe sentía debilidad cuando siendo una veinteañera –es un año y medio más joven que yo- protagonizaba la televisiva X-Files. Cómo imaginaréis, que la chica aparezca en esta extraordinaria película ha sido un aliciente más que me la ha hecho disfrutar.
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