domingo, 6 de enero de 2013

La portera amenazante


Piltrafillas, esta mañana he pasado por casa de los padrinos de mi hija en el marco de la ronda de regalos habitual de cada Día de Reyes, ese vía crucis que me toca repetir cada año –lo hacía de crío y me repateaba el hígado y lo hago de adulto y sigo sintiendo lo mismo-, que se inicia sobre las diez de la mañana y finaliza –comida de Reyes y roscón incluidos- cuando el sol se ha puesto y en la casa que hace cuatro, sin contar la propia. Total, que me he encontrado con el letrero que os adjunto de una portera a los vecinos de su inmueble que he creído que no tenía desperdicio, no por el mensaje –que me parece de lo más acertado, hay mucho guarro por esas escaleras de Dios- sino por la velada amenaza final. Tenía que compartirlo con vosotros.

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