Vía Twitter Desde hace un cuarto de siglo tengo una lucha contra el mundo por ese disco. Amo "Flick Of The Switch" Rpm.
Amigos del vinilo, no es ningún secreto que selecciono los álbumes para este blog con un mes o dos de antelación. Los elijo, saco las fotos y los programo para ir hablando de ellos viernes a viernes. Por ello, cuando leí ese tuit no hace mucho, me dio un salto el corazón. De hecho, este artículo tenía que haberse publicado la semana pasada pero decidí posponerlo y anticipar el del álbum dedicado a la NWOBHM porque pensé que @Rpuertas me iba a pisar la entrada. Y es que yo también tengo una extraña relación con esta obra. Por supuesto, Flick of the switch no es Highway to Hell, ni Back in Black... ni el Dirty Deeds. Y es que este álbum grabado en los Compass Point por la misma banda –es decir, Johnson y los hermanos Young- no tiene evidentemente el sonido de sus predecesores. Angus y Malcolm no eran a los controles como su hermano George ni –por supuesto- le hacían sombra al genio Mutt Lange-, pero precisamente por esa razón creo que dieron a luz uno de los elepés más genuinos y sinceros de su historia. Flick of the switch es –en mi opinión y en la de muchísimos fans del grupo- AC/DC en estado puro, hard rock de alto octanaje sin pulir, directo y rabioso. Entonces, ¿por qué la mayoría de nosotros –entono el mea culpa- no lo nombramos nunca al mencionar los preferidos de la banda?. Un misterio. Quizás es porque la portada tampoco ayuda. La idea del relieve era original, sí, pero ¿habéis visto esa tipografía? ¿quién coño escribió esas letras en la funda del disco?, está por todas partes, en la portada, la contraportada... ¿fue el tal Brent Richardson, el mismo que dibujó a ese Angus en relieve, o el hijo del portero de los estudios? No sé si calificar el diseño de minimalista o de pura desidia.
Total, que en lugar de un estuche de Tiffany’s con un diamante tallado por profesionales del barrio judío de Nueva York estamos ante un feo paquete que esconde una gran gema pulida por los mineros que la han extraído. Analicémosla. Rising power es AC/DC clásico, un temazo enorme sin fisuras. This house is on fire es otro tema con sonido y coros marca de la casa, riff sencillo acompañado por el bajo de Williams –otro de esos bajistas infravalorados- y la batería de Rudd, el pobre colega que fue despedido por haber caído en las drogas cuando el bueno de Malcolm estaba alcoholizado también. Flick of the switch –el tema título- es otra muestra de la valía de estos tipos. Tres temas y nadie que ame a esta banda puede decir que echa en falta a Lange. Nervous shakedown es otro de esos medios tiempos arrastrados e inconfundibles de los australianos. Landslide es un trallazo, el primer tema que comienza con ritmo y alegría y con el que se pone punto final a una cara A enorme.
Y entonces nos encontramos con el que se convirtió en primer single del álbum, una canción que desde entonces reside en mi mente junto a otros clásicos de AC/DC, esa monstruosidad titulada Guns for hire, un tema del que incluso grabé un clip en VHS del televisivo Tocata recordado por todos nosotros (los de una edad determinada, claro). Ese inicio como de arranque de motor, esa nota repitiéndose, la entrada de la batería, el riff, los coros... ¡es el puto tema perfecto para saltar y corear! Luego llega Deep in the hole que continúa con la tónica del álbum pero que no destaca tanto, sin duda por culpa de seguir a la enorme Guns for hire. Bedlam in Belgium, Badlands –quizás la que menos me gusta de todo el disco- y Brain shake, otro tema rapidito desde el punto de vista eisidisiano –una tontería, pero todas comienzan por B-, completan este Flick of the switch que tan importante es para la historia de AC/DC aunque no acostumbre a constar entre los títulos que todos recordamos en primer lugar de su discografía.
Quizás lo que le ocurrió a este álbum es que –exceptuando ese Guns for hire- no contiene megahits que destaquen o himnos imperecederos para las radios, sino temas sólidos, monolíticos y pesados de hard rock que convierten a la obra en conjunto en una joya como una catedral. No tengo ni idea amigos, pero hoy –y creo que @Rpuertas estará de acuerdo con ello- es un buen día para dedicarle mi entrada.
Quizás lo que le ocurrió a este álbum es que –exceptuando ese Guns for hire- no contiene megahits que destaquen o himnos imperecederos para las radios, sino temas sólidos, monolíticos y pesados de hard rock que convierten a la obra en conjunto en una joya como una catedral. No tengo ni idea amigos, pero hoy –y creo que @Rpuertas estará de acuerdo con ello- es un buen día para dedicarle mi entrada.
Feliz viernes.
@KingPiltrafilla
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com
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Totalmente de acuerdo. Siempre me ha parecido junto al Powerage y Let There Be Rock el gran buque insignia de los australianos. Si tenemos en cuenta que Vanda & Young fueron los artífices de aquel sonido hard rock tan personal, con Flick Of The Switch los hermanos Young dejaron su impronta no menos sorprendente... otra cosa es que luego el disco y la gira no funcionaran tan bien com se esperaba...
ResponderEliminarUn saludo.
Pues nada, nos lo tomaremos como álbum para connoisseurs, jeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues me mola y punto pelotin señores, que para el día que llevo es sufi.
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