domingo, 16 de diciembre de 2012

The devil came from Akasava


Aprovechando que se acerca la Navidad –que es como decir que el Pisuerga pasa por Valladolid-, hoy os hablaré de The devil came from Akasava, una de las primeras cintas del realizador Jesús Franco –en la que también actuaba-, aún con Soledad Miranda como musa y protagonista. El argumento nos cuenta como un hombre enfundado en un traje anti-radiación recoge en una cueva una piedra brillante y la guarda en una maleta metálica. Cuando camina por la jungla, alguien le dispara y casi acaba con él, pero un tipo que le esperaba en un utilitario –un Hillman Californian en medio de la selva conducido por un negro trajeado, muy creíble todo- le salva in extremis y lo lleva a la casa del profesor Forrester en la población de Akasava. El herido es el asistente de Forrester y el profesor corre a buscar a un médico para salvarle la vida. Pero mientras tanto, alguien vestido de negro abre la maleta y se lleva la piedra radiactiva matando por irradiación al asistente herido. Luego desaparece el profesor y ni el doctor Thorrsen, ni su mujer Ingrid, ni Irving Lambert –el cónsul británico en la zona- parecen querer ayudar a la policía en la investigación de lo ocurrido. Más tarde, en Londres, un ladrón sin documentación es asesinado por alguién que se ocultaba en la oscuridad cuando intentaba abrir la caja fuerte del despacho de Forrester en el Instituto de Investigación Tropical. Entonces, una misteriosa espía llamada Jane cita en un prostíbulo a un comisario de Scotland Yard para explicarle que el ladrón en el IIT era un agente de su organización y pedirle que investigue la identidad de su asesino y la naturaleza de la radiación que mató al asistente en África. Por otro lado, un millonario aristócrata filántropo también requiere de la ayuda del comisario para que averigüe lo que le ocurrió a Forrester y si sigue con vida. Así es como un joven inspector que dice ser sobrino del arqueólogo, el amigo del profesor Tino Celli –papel interpretado por el mismo Jesús Franco- y la espía Jane Morgan que dice ser bailarina se encontrarán en Akasava mientras son observados por un misterioso hombre. ¿Habéis entendido algo?, me temo que no. Así pues, os emplazo a que veáis esta película sin perder más tiempo. 


Amiguitos, The devil came from Akasava es una de esas cintas en la filmografía de Franco en la que la enrevesada trama de espionaje internacional adquiere protagonismo sin que el toque característico del realizador se note demasiado en lo que a erotismo se refiere. Eso sí, aparece una nalga en una ducha, se ve un pecho fugazmente... pero nada más. En mi opinión, se trata de una historia interesante que con más dinero para actores de primer orden, un mejor diseño de producción y un guión más pulido hubiese dado como resultado una gran película de espías. Pero como ya pasa en infinidad de títulos del Tío Jess –y la verdad, no creo que a él le importase lo más mínimo- opino que ver esta cinta es como leer una gran novela en una edición de bolsillo, tapa blanda, papel reciclado, con errores de impresión y a la que le faltan algunas páginas. La base es buena, pero el resultado deja que desear. Aún y así, Una venere senza nome per l’ispettore Forrester –el estúpido título con el que se estrenó en Italia- es una recomendable y distraída obra de Jesús Franco, muy indicada para rendirle homenaje una vez más desde este blog y me sirve para reivindicar a Lina Romay frente a Soledad Miranda –o Susann Korda, que es como se hacía llamar en esta película- como icono sexual en la filmografía de Franco. Ignoro cómo habría sido la cinematografía del Tío Jess si Soledad –que participó en un buen número de películas y ya se había hecho un nombre antes de conocer a Jesús- no hubiese fallecido tempranamente a causa de un accidente de coche. Pero en mi opinión, pese a ser guapísima y tener un cuerpo escultural, no llenaba la pantalla de sensualidad como lo haría Lina poco después durante años. En fin amiguitos, otra obra que los fans del cine friki y casposo no os podéis perder.

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