Mi primera película de este fin de semana ha sido Diamond Flash, una cinta a la que le tenía muchas ganas. Y lo cierto es que este primer largometraje del dibujante e ilustrador Carlos Vermut –suyos son la realización, la fotografía, el guión, el montaje y la producción- no me ha defraudado en absoluto aunque de ninguna manera ha sido de fácil digestión. La historia comienza en una habitación de hospital en la que una niña lee un cómic –uno de alienígenas que secuestran a un hombre para convertirlo en un cyborg con superpoderes- mientras una asistenta social intenta que la enferma acepte que sus heridas no han sido producto de un accidente. Me ha encantado ese fragmento del diálogo en el que la mujer dice “¿Visita a todas las mujeres que se caen por las escaleras en Madrid?” y la asistente le responde “Visito a todas las que se caen por las escaleras tres veces al mes”. La escena sirve de prólogo a una historia que tendrá como leit motiv los malos tratos. Y es que Diamond Flash va de eso, de la maldad. Para ello, Vermut estructura la película en tres capítulos. En el primero, Alba –de nueve años- ha desaparecido durante una excursion escolar, y Violeta -su madre- quiere denunciar a la maestra por negligencia. La policía le pide una foto reciente de la pequeña, pero todas las que hay en casa son de cuatro o cinco años atrás. Extrañamente, Violeta no tiene ninguna foto reciente de su hija. Su cuñada Matilde y su hermano Jaime la ayudan a pasar el trago mientras duran las pesquisas y una noche, cuando Violeta habla con su hermano, rememora un episodio de su infancia, un verano en Calpe poco antes del fallecimiento de sus padres que es la clave de su aversión a las fotografías. De una durísima primera parte de la cinta pasamos a una escena hilarante en la que Enriqueta deja plantado a un friki que ha conocido en un bar y que le explica una historia sobre un perro y un mono. Entonces vemos como Elena se está preparando unas alubias con chorizo y tocino que dan hambre sólo de verlas cuando su amiga Lucía se presenta en casa. Elena ha intentado disimular los moratones, pero su amiga está determinada a acompañarla a comisaría para denunciar a Julio, su marido. Elena –sin embargo- no está dispuesta a ello y le cuenta a su amiga un secreto.
En el segundo capítulo conocemos a Juana y Lola -una pareja de amantes que mantienen encerrada a una niña en una especie de hostal restaurante abandonado en medio de la nada- en una sucesión de escenas que se desarrollan poco a poco mostrándonos la personalidad de cada una de las jóvenes y que desemboca en un final cruento de inusitada violencia que, sin embargo, da pie a otra escena cómica en la que un tipo habla en la barra de un bar con otro por teléfono sobre la conveniencia de parar de inmediato la producción de un muñeco porque una niña ha dicho del prototipo que parece un aborto y que –de nuevo- cuenta con la presencia de Enriqueta, de quien nos enteramos que lo único que busca de los hombres es que la hagan reír. En el capítulo final Enriqueta se presenta en el hostal y descubre lo que ha ocurrido con Juana y Lola. Cuando ve que la niña no está, telefonea a una tal Angustias. Piltrafillas, hasta aquí la completa sinópsis de Diamond Flash que os he querido contar. Pero no os preocupéis, esta es de aquellas películas que por mucho que os cuente –he omitido algunos detalles, eso sí- tampoco vais a entender nada. Intimista, pausada, muy oriental en ese sentido, con un guión que otorga mucho valor a los diálogos entre personajes, a conversaciones en apariencia banales que por otra parte resultan de gran realismo, conectado todo ello por el nexo que supone el personaje de Diamond Flash, un justiciero enmascarado. Bizarra, extraña, críptica, visualmente atractiva, una mezcla de thriller, cine surrealista, humor, sangre y unas grandes interpretaciones de un reparto eminentemente femenino en el que destacan en mi opinión Eva Llorach, Ángela Boix y Rocío León. Diamond Flash es de ese tipo de películas con el sello Lynch, estéticamente impactantes, pero con un argumento que uno cree haber comprendido aunque dudando siempre de si la explicación que le encuentra es la acertada. Recomendadísima... y luego me contáis.
Recomendadísima... y luego me contáis.
ResponderEliminar- Pues espere "sentao" que va "pa" largo en lo que a mi "decir" toca.
Aviso SPOILERS a continuación. La película tiene ese algo especial que cuando terminas de verla le das vueltas a lo que ha visto. A mí entender una de las cosas con las que quiere jugar el autor es como actúa un superhéroe o un villano de cómic cuando no está ejerciendo. El superhéroe es un maltratador, una de las villanas busca alguien que le haga reir, la anónima jefa de los villanos es una viejecita que pinta figuras de barro... El lado oscuro del héroe, pero también el lado humano del malvado.
ResponderEliminarLo que menos me gusto de la peli es la secuencia de la tortura en la que la tal Enriqueta la tortura de aburrimiento con su charla y luego la suelta sin más. Aquí no ha pasado nada, me has visto la cara, no me has contado nada, pero como me he reído pues libre...
Que clásico es usted.
ResponderEliminarUna curiosa interpretación sr. nistagmo, ¿acaso la buena? ¿una de ellas?
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