Doy inicio a mis reseñas cinematográficas dominicales con un estreno, la norteamericana Excision, cinta dirigida por el guionista Richard Bates Jr. basada en un corto homónimo de su autoría de hace unos años que nos cuenta la historia de Pauline, una adolescente friki, nerd, con acné, inadaptada –aunque tiene personalidad y es de respuestas rápidas, no se puede negar-, poco atractiva y algo enajenada –todo hay que decirlo- que intenta encajar en el instituto y en su propio hogar mientras pretende convertirse en cirujana y tiene sueños eróticos de lo más gore. Y es que Pauline tiene 17 años -que ya es una edad difícil lo mires por donde lo mires- proclives a la rebeldía. Pero si tu madre te desprecia continuamente –mientras alaba a tu hermana enferma de fibrosis quística-, tu padre se inhibe de las tensiones familiares para no tener problemas y te obligan a asistir a sesiones de terapia con un sacerdote porque es más barato que un psiquiatra y tanto tus vecinas como tus compañeras de clase se mofan de ti, bueno, lo normal es que se te creen algunos traumas.
Excision no es una gran película –el final me ha parecido un poco abrupto-, pero es muy recomendable. Se agradece que en lugar del típico adolescente al que la familia o el entorno convierten en un psicópata asesino tipo Anders Breivik, nos encontremos con una outsider, una Carrie del siglo XXI –aquí no hay baile de fin de curso pero su madre inscribe a Pauline en un grupo de cotillon, algo mucho más cutre y humillante en mi opinion- sexualmente inquieta y con una extraña obsesión por la sangre y la necrofilia. En el papel de madre pretendidamente hijadeputa –aunque conforme avanza el metraje uno se va identificando más con ella- tenemos a una aceptable Traci Lords físicamente clónica a nuestra Ana Obregón, alejada de sus papeles de juventud, mucho más básicos y en los que la interpretación no era lo importante precisamente. Y si la actriz que le hace de madre a Pauline era una actriz porno juvenil, su terapeuta sacedote es John Waters –el director de Pink Flamingos- y su profesor de matemáticas Malcolm McDowell, el degenerado Alex de La naranja mecánica. O sea, que el elenco en si ya es de un surreal que asusta. Si a eso le sumamos unos diálogos ácidos y un guión tan políticamente incorrecto que supone la base de todo un argumento torpedo directo a la línea de flotación de la sociedad w.a.s.p. norteamericana –la protagonista es atea aunque tiene conversaciones con Dios y le pide que la permita sanar a su hermana... y que se lleve a su madre, quiere perder la virginidad un día que menstrúe- con detalles como un cartel en el vestuario del instituto en el que se ordena enérgicamente que sólo se permite una chica por ducha a lo que se añaden numerosas imágenes oníricas como cuando simula abortar y tirar el feto a la centrifugadora, o se baña en sangre o tiene un orgasmo ante su propia imagen vomitando sangre... bueno, digamos que Excision se convierte en un ejemplo de cine bizarro que no puedo dejar de recomendaros. En fin piltrafillas, haceros con ella y pasad un rato en el lado salvaje del séptimo arte.
Complemento la entrada con una instantánea de Nora Kuzma –el poco glamouroso nombre real de Traci Lords- en sus tiempos de actriz pornográfica menor de edad, antes de intentar construir una carrera desde el cine de serie B, y otra de Annalynne McCord en una imagen muy alejada de su personaje afeado de Pauline, lo que nos ayuda a entender la importancia que maquillaje y peluquería tienen en el glamour que desprenden las actrices, lo diferentes que son con la cara lavada y algunos poros infectados.
Rica está la Annalynne McCord !
ResponderEliminarAhhh Tracy!!! Nunca fue de mis favoritas por su belleza pero menudo torbellino sexual!!!
ResponderEliminarPicarónnnnn!
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