Así es, amigos del vinilo, hoy –con permiso del amigo Nortwinds @MotelBourbon- os traigo la que fue tercera obra musical de los alemanes Accept –la cuarta que adquirí de ellos- y la primera de los mismos en la que participó el –entonces- ingeniero de sonido Michael Wagener, que llegó a convertirse el el reputado productor al que todos los amantes del hard’n heavy conocemos y respetamos. En ese momento componían la banda de Solingen –localidad en la que, por cierto, también nació una de mis dos sobrinas alemanas- el vocalista Udo Dirkschneider, los guitarristas Wolf Hoffmann y Jörg Fischer, el bajista Peter Baltes –que también ejercía de voz solista en un tema, algo que ya había hecho en álbumes anteriores- y el batería Stefan Kaufmann. Yo había descubierto al grupo en un cálido verano de adolescencia con Balls to the wall. Rápidamente me hice con el Restless and wild y luego con su primer álbum, el de la rubia con la sierra. En los tiempos preinternet en los que para estar informados los jebis teníamos que leer revistas y escuchar con suerte algún programa de radio en el que comentasen novedades de la música que nos gustaba, el 75% de lo que nos hacía decidir a la hora de comprar discos eran las portadas, por lo que no es de extrañar que en lugar de comprarme el I’m a rebel –un álbum que no es precisamente mi favorito de la banda, aunque a la hora de escribir estas líneas estoy escuchándolo de nuevo y acabé adquiriéndolo años después de su edición, úniamente para no tener un agujero en mi discografía del grupo- me lanzase sobre este Breaker gracias a la llamativa portada de Stefan Bohle, diseñador gráfico y fotógrafo famoso por la que se lió con su diseño de la carátula del Virgin Killer de Scorpions.
Si bien este Breaker no es de los que más me gustan de la banda –adoro mucho más su sonido a partir del Balls to the wall que el que impregna la mayor parte de este, muy centrado en la Gibson Flying V y más cercano a los Scorpions de Lovedrive o al primero de MSG que a lo que harían en el mencionado Balls, el grandioso Metal Heart o Russian Roulette-, lo cierto es que supone una consolidación después de sus primerizos álbumes y tiene temas inolvidables. Producido por Dirk Steffens, tiene un inicio extraordinario con Starlight, la misma Breaker y ese Run if you can con el estupendo solo compartido por Fischer y Hoffmann. Completan la obra Midnight highway y ese himno a la rabia que es Son of a bitch. Por otro lado, Breaking up again me parece simplona y rompe –en mi opinión- con el resto del álbum haciéndose totalmente innecesaria ya que –para balada- ya teníamos a la superior Can’t stand the night.
El track list completo era el siguiente:
A
Starlight
Breaker
Run if you can
Can’t stand the night
Son of a bitch
B
Burning
Feelings
Midnight highway
Breaking up again
Down and out
En resumen, una nueva muestra de vinilo mítico para los que amamos el heavy metal que cuanto más escucho más me gusta. De hecho, como ayer dijo el amigo Rockologia @RockologiaTwit , eso es lo bueno de colaborar en este blog, que te hace recuperar vinilos que tenías semiolvidados en la estantería y que –al escuchar de nuevo para encontrar inspiración- descubres lo que disfrutabas de ellos hace años.
Ilustro la entrada con una selección de temas que se inicia con Starlight y Run if you can, prosigue con la medio popera Midnight highway y finaliza con el himno Son of a bitch.
Feliz viernes.
@KingPiltrafilla
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com
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Suena a cassette... y del malo... vamos de ferrita y no de metal...
ResponderEliminarSacrilegio. ¿Usté qué va a saber, smooth jazzero?
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