Acabo por hoy con Antonio Graziano, un pintor italiano formado en Nápoles que desde que el año 2000 obtuvo una beca del Ministerio de asuntos exteriores de España, no ha parado de realizar exposiciones y obtener premios. De hecho, desde que en 2006 recibiese una nueva beca de nuestro país –la de la Fundación ARAUCO- reside en la localidad madrileña de Chinchón.
Arriesgada pintura de ojos cerrados...
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Si reside en Chinchón, creo saber lo que bebe...
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Plaza, anís y mesón.
Recuerdo que, cuando era pequeño, en casa de mi abuela había anís de Chinchón de la alcoholera. Tenía una botella con tapón rojo y una con tapón verde, que no sé ahora cual era cual, pero que identificaban el seco y el dulce. Una vez me dió por asaltar furtivamente el mueble bar y echar un traguito del seco. Vaya puñetazo. Nunca más lo volví a probar. Luego mi abuela se pasó al Anís del Mono, que nunca he tenido como bebida favorita. Confieso, eso sí, que a veces -si no hay brandy o ron añejo- me he tirado al Marie Brizard.
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