Estaba ayer escuchando cómo alababan por televisión el trabajo de la artista serbia Marina Abramovic –a quién yo ya conocía- con motivo del estreno en el Teatro Real de Madrid de la obra Vida y muerte de Marina Abramovic dirigida por Bob Wilson y protagonizada por Willem Dafoe. Tanto el crítico que explicaba la trayectoria de Marina como artistas internacionales de la fama de Lady Gaga ponían por las nubes y calificaban de genio a la artista multidisciplinar otorgando a su creatividad calificativos superlativos. Pero ahí intervino mi mujer, la sin par Queen Piltrafilla –loado sean su nombre y su persona-, a la que sobra sentido común y que me dijo “desnudar hombres y hacerles follar con la tierra en un campo verde, colgarse desnuda en la pared de un museo o dibujarse una estrella de cinco puntas con una gillette en el vientre es de locos. Eso no es arte, eso es una puta mierda”. Claro está, yo quise hacerle ver lo poco culta que quedaba esa opinión y le pregunté qué pensaba ella que tenía más credibilidad, la opinión de críticos, galeristas y comisarios de arte o la de una ama de casa que no había oído hablar en su vida de Marina Abramovic. Pero con aplastante lógica me contestó “Yo, porque es lo que pienso”. Y no contenta con ello, añadió “A mi, es que los locos me caen mal. Más que los locos, me asusta la gente que no entiendo, porque no sé por donde me van a salir. A mi me gusta un Goya, o un Velázquez en el que veo unas niñas y un perro y un hombre pintando, y me dicen que son las Meninas. Pero que digan que es arte que esta tiparraca se siente inmóvil en una silla durante once horas y haya gente que pague para verla, eso es una gilipollez”. Entonces vi que no tenía nada que hacer y comprendí la razón por la que a mi mujer nunca le haya importado una mierda lo que publico en el blog, ni le gusten las películas que me divierten ni entienda a los pintores que me encantan. Y también tuve dudas sobre si debía considerar a Marina Abramovic una artista o una loca iluminada. La verdad piltrafillas es que los fotógrafos, los pintores o los músicos siempre me han llamado la atención –aunque quizás no todos me gusten-, pero los performers... bueno, a estos no los he entendido casi nunca. Y es que una vez, Marina y Ulay –su pareja artística por entonces- unieron sus bocas con fuerza mientras –hasta el límite de la asfixia- aspiraban el oxígeno de los pulmones del otro mientras unos micrófonos pegados a sus gargantas grababan el sonido. “¿De verdad esas chorradas te parecen arte?” me preguntó mi mujer mirándome fijamente. No supe qué responder.
God save the Queen!!! Verdades como puños!!! Yo también puedo discrepar sobre algunas obras de arte.. pero lo de los performers... me parece muchas veces una tomadura de pelo... o un aprovechamiento inteligente de la tontería que rodea al mundo artístico!!
ResponderEliminarMe gusta especialmente la tercera foto, representando La Pietá del gran Miguel Angel. Estupendas imágenes King. Un abrazo :)
ResponderEliminarLos performers están venaos!
ResponderEliminarSaludos a los dos.
Cuando todo esta hecho, solo queda la superación y eso es una simple repetición mejor hecha.
ResponderEliminarDe ahí estos lodos...
Pd: Reverencia a Doña Queen por su integrismo y sensatez.
¿Integrismo, integridad o ambas dos?
ResponderEliminarEn doña Queen todo es poco...
ResponderEliminarsalu2