jueves, 1 de marzo de 2012

Mis series favoritas

Amiguitos, ya os anuncio que no soy de los que tienen tiempo o ganas para ver series en el ordenador; a mi lo que me relaja es tirarme en el sofá con la parienta al final del día, taparme con mi manta y ver una serie por televisión que me distraiga. Y como nunca he tenido subscripción a plataformas digitales, sólo puedo disfrutar de lo que los canales libres de pago me ofrecen. Es por eso que el resumen de las series que sigo es bastante patillero. Pero tampoco es que me importe demasiado.


Me acuerdo de cuando comencé a ver CSI –la seminal, la de Las Vegas-, toda una novedad para la época, con el genio de laboratorio Grissom y sus compañeros, una serie inteligente, con imágenes impactantes y unos personajes con cierta profundidad. Claro que llegó un momento en el que la relación entre el jefe del equipo y Sara se hizo cansina y empecé a cansarme de ella. Mi ídolo: Jim Brass, un tipo sarcástico como pocos. Luego llegó la franquicia de Miami, un comic de colorines, increíble, inverosímil, con la presencia de Horatio Caine, el puto amo, un personaje interpretado por el entrañable David Caruso que es una caricatura –su postura en jarras, sus gafas de sol, sus frases lapidarias- que en otra serie quedaría ridículo, pero que aquí encaja de maravilla. Sin embargo, desde que la forense Alexx, la única persona en el mundo capaz de presentarse en la escena de un crimen en pleno campo con traje chaqueta y tacones de aguja –mi mujer la llamaba Barbie forense negra- se marchó y tomaron protagonismo la rubia Calleigh –mi mujer la llama Barbie risitas- y su relación con el hispano Delko –otro que, como la Sara de Las Vegas, no se sabe si está o no en la serie-, también comencé a cansarme un poco. Ahora estoy con los de Nueva York, la spin off más policíaca y cruenta, la que más me gusta como serie de asesinatos a pesar de la cara acartonada de Gary Sinise.


Otra de las series que sigo desde hace años –aunque alguna temporada la fidelidad ha sido discontinua- es la de House, el antisocial y egoísta médico adicto a los calmantes, que he recuperado este año poco contento con el papel de amargado que tiene Foreman pero divertido por el acertado trabajo de Charline Yi como la friki doctora Chi park.


Una de las series veteranas que siempre me deja buen sabor de boca es Bones, que además de tener ciertas dosis de acción y escenas forenses, ofrece humor, amor, sexo, intriga y unos guiones muy logrados. Además, de tanto en tanto aparece Billy Gibbons –ni idea de a quién se le ocurrió convertirle en padre de Angela-, lo que es un buen guiño para los amantes del rock.


Y últimamente me he aficionado a Walking Dead, una mezcla de gore y relaciones humanas no vista antes en televisión que tiene el mérito de mantenerme ante la pantalla a lo largo de todos sus episodios, aunque en alguno de ellos no pase absolutamente nada relevante. Es mi opinión, claro.


Os diré que también sigo Alcatraz, bueno, lo intento, porque ayer tocaba que la emitiese La 6, y en su lugar dieron una película. La verdad es que comencé a verla por el reclamo del argumento y –sobre todo- del nombre de J.J. Abrams, pero de momento me parece simplemente pasable y amena.


Por último –he dejado lo mejor para el final- me he enganchado a Sons of Anarchy gracias a las inmejorables críticas que había leído, y debo admitir que me está gustando mucho. Tiene un montón de personajes interesantes, pero para mi, la que se lleva la palma de largo es la genial Katy Sagal en su papel de la cabona Gemma, una especie de Angela Channing motera y más joven.

En fin piltrafillas, que hacía tiempo que no le dedicaba una entrada al mundo de la televisión y hoy me ha parecido un buen día para hacerlo.

1 comentario:

  1. La verdad sea dicha, pues no gusto de ninguna serie, incluso Big Bang" que atiendo de vez en cuando no me provoca..

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