Massacre

Piltrafillas, comienzo mis recomendaciones de este domingo con un slasher italiano de serie B titulado Massacre que sin duda gustará a los amantes de lo bizarro. Dirigida por un tal Andrea Bianchi, la cinta comienza con el asesinato de una prostituta a manos de un encapuchado que lleva gafas de sol y está armado con una navaja y un hacha. Los efectos de maquillaje son de lo más casposo –lo que ya da una idea del tipo de producto que vamos a disfrutar- pero tiene detalles como el aprovechar el reflejo en las gafas para mostrarnos la cara de terror de la prostituta que nos esperanzan de cara a la inventiva del realizador. Nada más lejos de la realidad. El argumento prosigue con el rodaje de una cinta de terror llamada Dirty Blood en el que se viven momentos de tensión provocados por las rencillas entre actores y la mala calidad del resultado, visto lo cual el productor decide realizar una sesión de espiritismo con una reputada médium para dar realismo a su película y aportarle credibilidad. Así, mientras el novio policía de la protagonista investiga los recientes asesinatos que se están produciendo en la zona, la sesión sale mal y por accidente se convoca aun espíritu malvado.

Amiguitos, Massacre es casposa a más no poder. Tenemos a un actor llamado Robert cuya mujer acusa de lesbiana a Jennifer, la protagonista a la que cree su amante, mientras se entiende con un joven actor homosexual que oculta su condición para medrar en el negocio, en resumen, unos personajes de lo más estereotipado. Las interpretaciones no es que sean malas, es que no merecen ni llamarse así –la actuación de la médium es de las que provoca vergüenza ajena-, los giros del guión a duras penas se aguantan, las escenas pseudoeróticas son cutres, la banda sonora es patética, y además –como ya os he comentado al principio- los efectos especiales dan pena. Total piltrafillas, que todo parece indicar que os voy a recomendar que hagáis cualquier otra cosa antes de ver esta cinta. Pues estáis equivocados, ¡esto es basura de la buena!, Massacre es un subproducto infumable pero divertido que precisamente por ello debe ser elevado a la categoría de culto para todo tipo de frikis y –sobre todo- para los miembros de nuestra comunidad.