Así es, soy un tragón, pero no puedo ponerle remedio, es superior a mi. Tengo 44 años, no hago deporte y peso 130 kg –ojo, que el día después de Reyes pesaba 133,300 kg- y cada día como queso y fruta o un yogur. Quizás no es suficiente para tener un aspecto saludable –también es verdad que mido 1,85 cm- pero al menos pongo algo de mi parte. Durante la semana puedo bajar de peso varios cientos de gramos sin que me suponga demasiado esfuerzo. Es poco, pero es más que nada. Sin embargo, es llegar el sábado y todo se va a la mierda. Total, que me acabo de comer esta fideuà regada con un Luis Justo Villanueva de Mont-Ferrant y me estoy tomando un cortadito antes de servirme mi ron añejo colombiano de los fines de semana. El lunes volveré al yogur. Os juro que me siento culpable, por eso os lo estoy contando. Es como si estuviese en una reunión de Glotones Anónimos. Por cierto, que si os gusta lo que véis, aquí tengo la receta. Hoy he cambiado el rape por las almejas, eso sí.
UMMM, hace muy buena pinta, yo también me la comería con un poco de allioli (es mi debilidad), y después me fumaria un cigarrilo, también es mi debilidad. Saludos.
ResponderEliminarYo el tabaco ya lo déjé atrás. Mi debilidad es comer y beber. Saludos.
ResponderEliminarMi debilidad es comer, beber, fumar y... ¡cojones! no lo hago! por prescripción facultativa, cosa que me previene de enfermedades y maligana situaciones... claro que me hubiera comido la cazuela entera con y sin alioli...
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