Piltrafillas, the King is back y esta es la historia de mi ausencia. Lunes por la tarde, regreso del trabajo y al disponerme a cumplir con mi cita diaria bloguera veo con horror que no tengo acceso a internet y mi router tiene más lucecitas parpadeantes que un dekotora japonés. Llamo al 1002 y me pasan la típica batería de preguntas de cada ocasión. ¿Ya ha hecho un reset?, sí; ¿Ya ha desconectado el cable de corriente?, sí; ¿Cuanto hace que no tiene servicio?, no lo sé, ayer tenía y hoy no; Un momento por favor... y después de unos minutos se corta la llamada. Vuelvo a llamar al 1002, doy el nombre del teleoperador que me ha atendido por si acaso, pero evidentemente no sirve de nada. Además, todo el mundo sabe que los nombres que dan son falsos. Total, que cuando operador #2 va a hacerme las preguntas de rigor le corto, le explico que no tengo internet y le pido que por favor mire en su terminal qué es lo que pasa. Un momento por favor... y después de unos minutos la respuesta del premio: le estamos aumentando la velocidad. La velocidad dice, o sea, que de tener internet a velocidad aceptable –es decir, la mierda de velocidad a la que estamos acostumbrados en este país- he pasado sin que nadie me avise a quedarme sin internet. ¿Y eso por qué?, ah, según ellos era algo que yo había pedido. De eso nada. Les pido que me digan en que documento firmado por mi tienen algun pedido remotamente parecido a ese y que quiero poder acceder a internet inmediatamente. Pero operador #2 me dice que no puede hacer nada, que el proceso está iniciado, que no sabe lo que puede durar y que si quiero puedo extender una reclamación. ¡Una reclamación!, ¿y si la hago me podré conectar ya a internet?, no, por supuesto que no. Resultado: mi hija no puede acabar un trabajo del colegio para el día siguiente porque tenía que bajarse las imágenes esa noche y yo no puedo actualizar el blog ni consultar si tengo correo urgente. Martes por la tarde, vuelvo a llamar al 1002. Me dan largas y me dicen que me volverán a llamar. Martes por la noche, en vistas que no me llaman, telefoneo yo al 1002. Me aparece una grabación en la que se me dice que ya se ha recogido una reclamación asignada a mi número de teléfono y que está en curso la solución. Miércoles a las 9:10 horas de la mañana, día festivo, todos durmiendo en casa, suena el teléfono. Es alguien que llama en nombre de Telefónica, le envío a tomar por saco –tengo muy mal despertar- y me dice que si me va bien que se pase por casa a las 11:00 horas para arreglar la avería. ¿Avería?, ¿pero no me estaban aumentando la velocidad? Total, que le digo que sí. A las 11:15 horas se presenta el técnico y sólo ver el router y las lucecitas exclama “esto es el transformador”. Y así es amiguitos, era el transformador. Ni velocidad, ni ostias. Hubiese bajado a la ferretería el lunes y se hubiese arreglado la avería. En resumen, que le he pedido disculpas al operario por mi reacción a primera hora de la mañana, me he cagado en los inútiles del 1002 –hay que decir que el técnico ha compartido mi opinión- y me he puesto a escribir esto, más que nada para disculpar mi ausencia estos dos días. Yo sé que sois muchos –ja ja ja ja ja- los que me seguís y os habrá entristecido no haber encontrado mis interesantes entradas.
Por supuesto majestad que le eche de menos…
ResponderEliminarHoy, mientras le compraba a Yukiko un libro en amazon, mi adorado router ha fracasado, estoy hasta los cojones de llamar a la compañía y que me digan que es una avería masiva, pero, siempre ocurre igual, cuando más lo necesito o estoy en una operación de estas… ¡Pataplaf! Y mi compi es ONOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.
Hasta los cojones… digo mañana… joder… se ha vuelto a caer…
Espero le llegue esta mierda de comentario y tal… ahora vuelve en si… aprovecho
La sociedad tiranizada por los mercados y los usuarios por las compañías. ¿Qué mierda de mundo hemos construido? En fin...
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