Piltrafillas, comienzo el domingo con una nueva obra del director de culto de este blog, Jess Franco, Jesús Franco o como queráis llamarle de entre sus múltiples pseudónimos, aunque sus adoradores siempre podemos llamarle cariñosamente Tío Jess. Pero me voy a dejar de tonterías y os voy a presentar una coproducción anglo-franco-hispano-germana de finales de los 60 titulada Der heisse Tod (La muerte caliente) o Les brûlantes o 99 women o Island of despair... o lo que sea. Como es natural en producciones europeas de la época, los títulos y las versiones con diferentes montajes de una misma película estaban a la orden del día. De hecho, la versión que que he visto ha sido la francesa sin censurar, que básicamente es la española en la que se insertaron toscamente –es el apelativo más benévolo que se me ocurre para calificar despropósitos tales como que una pelirroja de pelo corto que habla con un tipo a la luz del día tras el muro de una factoría se convierta un segundo más tarde en una rubia de ondulados cabellos que lleva a cabo una felación en la penumbra de una estancia cerrada en semi oscuridad- varias escenas pornográficas. La historia que nos cuenta la película es la de un penal ubicado en una isla de Panamá –en realidad el alicantino Castillo de Santa Bárbara, escenario de una infinidad de cintas del realiador madrileño- dirigido por Thelma Díaz, una alcaide cruel de la que se insinúa un lesbianismo reprimido. La isla entera se encuentra bajo el mando del Gobernador Santos, preocupado por el nombramiento de un nuevo Ministro de Justicia molesto por las numerosas muertes que se producen en la prisión de mujeres. Cuando Nathalie Mendoza –joven acusada de tráfico de drogas- fallece a causa de unas fiebres, el doctor encargado de visitarla envía un informe al Ministerio.
Es entonces cuando llega a la isla Leonie Caroll, una nueva funcionaria de prisiones para hacerse cargo de la dirección del centro. Evidentemente, Santos y Díaz unirán sus fuerzas para deshacerse de Caroll. Mientras, un día en el que trabajaban en el exterior, Helga y Rosalie –dos de las reclusas de la cárcel de mujeres- avistan a unos hombres, prisioneros del penal masculino que hay en la isla y la segunda entabla contacto con un tal Juan Diego, que le propone quedar al amanecer en un pueblo de pescadores para escapar de allí. De regreso en sus celdas, las dos mujeres le proponen a su compañera Marie huír juntas. Para ello deberán atravesar 30 kilómetros de selva. En fin piltrafillas, no os cuento nada más. 99 women está bien rodada –de hecho tiene más calidad de la que imaginaba-, no es nada casposa –a excepción de las mencionadas escenas hardcore de la edición gala que no aportan nada a la obra al ser de dudosa calidad estética- y en mi opinión se trata de una cinta más que aceptable en los parámetros del género women in prison que además cuenta con la presencia de Maria Schell o Mercedes McCambridge, por lo que el nivel interpretativo del conjunto se eleva algo sobre la media de la mayoría de películas de este tipo. A destacar en el papel de Zoé a la guapísima Rosalba Neri, de la que ya os hablé en una reciente entrada dedicada a La bestia mata a sangre fría. Palomitera, amena y poco más.
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