Gothic and Lolita Psycho

Mi particular sesión cinematográfica del fin de semana ha comenzado con Gothic and Lolita Psycho, una frikada japonesa que tiene lugar en un futuro indeterminado que se inicia con un plano de la Torre de Tokyo -¿os he contado en alguna ocasión que hace unos años la visité?, oh vale- en el que se nos presenta a una tal Yuki en la azotea del Gothic Tokyo. Lo siguiente que vemos es a un tipo comiendo espaguettis como un cerdo, un hombre nervioso que vigila la entrada al mencionado local, una especie de almacén abandonado que hace las funciones de bar musical en el que quienes van a bailar o tomar una copa pueden dar rienda suelta a sus pasiones sádicas más bajas. Entonces, en medio de una orgía de violencia, se presenta Yuki –vestida con su traje de Gothic Lolita victoriana- portando un paraguas-lanza. Su objetivo es matar a Sakie, la dueña del local. Y es que Yuki es la hija de un sacerdote paralítico que ha emprendido una cruzada para vengar la muerte de su madre acaecida años atrás cuando los encapuchados de una extraña secta atacaron a su familia en medio de una celebración de cumpleaños. El siguiente en morir será un maestro de instituto en una lucha en la que las armas de una y otra parte serán un paraguas y una fregona. Memorable. Y si eso os parece ridículo, lo siguiente... bueno, lo siguiente es una pelea para la que no existen palabras.

Total amiguitos, que Gothic and Lolita Psycho es una bizarrada típicamente nipona, un producto cargado de humor negro ultra-gore entre absurdo y casposo, con peleas coreografiadas a tiros o con espadas que ríete tú de John Woo, evisceraciones, miembros amputados y cascadas de sangre a presión con un final híperviolento. Las interpretaciones son patéticas y los efectos especiales de una ralea que producen hilaridad. Sin duda, lo mejor de toda la cinta es la pelea de Yuki con Lady Elle, una pija gyaru capaz de ponerle las cosas muy difíciles a la primera mientras habla con su novio por el móvil sobre un nuevo buffet libre abierto en Shibuya. Piltrafillas, en Gothic and Lolita Psycho la violencia es tan exagerada y el argumento tan inverosímil que la cinta, pese a pretender ser dramática, se disfruta con una sonrisa en la cara. En fin, que a mi me ha parecido distraída –ya sabéis que soy algo rarito- pero sólo puedo recomendarla a los que seáis piltrafillas de verdad, es decir, unos freaks cum laude dignos de disfrutar de una obra así.