Sanferminak

Pues nada amiguitos, que ya han comenzado oficialmente los Sanfermines de este año, una de las fiestas populares españolas más conocidas internacionalmente. Y no es que no me guste Pamplona -que he visitado en varias ocasiones- ni que sea antitaurino, aunque habría que preguntarse la razón por la que PeTA y otras organizaciones por el estilo no están manifestándose hoy contra los encierros. Será que no da glamour. Total, que no tengo nada en contra de esta tradición, pero no os miento al afirmar que me atrae tanto participar de esa fiesta como pisar bombillas rotas con mis pies desnudos. Y es que -por si no lo habíais notado aún- soy un pelín antisocial piltrafillas, así que podéis imaginar el mal cuerpo que me entra cuando veo esas mareas de humanidad alcoholizada deambulando por la ciudad. Imagino la masificación, el ruido, las broncas, el olor a orines... y no le veo la gracia. Por supuesto que no me refiero a los mozos pamplonicas que desde su más tierna infancia han mamado esta tradición, pero a esas hordas de turistas que sólo buscan la sangría, la fiesta -en su sentido más lúbrico- y el desfase las metería en contenedores y las echaría al mar. No se lo que opinarán los habitantes de Iruña -o los dueños de bares, hostales y comercios varios, que hacen el Agosto en Julio- pero a mi me parece que los australianos, norteamericanos o alemanes en coma etílico desvirtúan la tradición. Particularmente -llamadme descerebrado-, cuando algún paleto de Iowa se hace el gallito incapaz de aguantarse los meados y se pasea en medio de un encierro por la calle Esafeta, yo estoy deseando que lo empitone un morlaco. En fin, que eso, que hoy han comenzado Sanferminak. Gora pues.