domingo, 29 de mayo de 2011

Hansel and Gretel


Y despido mis entradas de cine con Hansel and Gretel, película coreana de 2007 dirigida por Yim Pil-sung en la que se cuenta la historia de Lee Eun-soo, un joven que conduce discutiendo por teléfono con su esposa embarazada y tiene un accidente de coche. Cuando despierta, Eun-soo se encuentra con Kim Young-hee, una niña misteriosa que le lleva a su hogar, una casa en medio del bosque. La casa es como la de un cuento de hadas, llena de juguetes, infinidad de peluches, un tren eléctrico, muñecos de cuerda y está decorada con vivos colores y adornos brillantes, algo así como si de la habitación de juegos gigante del hijo de Papa Noel se tratase. Allí, un aturdido Eun-soo conoce a la familia de Kim, sus padres y dos hermanos más, una pequeña y otro mayor. El trato que le dispensan es cordial y acogedor –a la mañana siguiente, por ejemplo, le ofrecen un desayuno de gominolas y magdalenas y pastelitos de muchos colores con nata y crema-, pero tan extraño e irreal que el joven comienza a sentirse incómodo. Así que se despide de sus anfitriones y parte hacia la carretera a través del bosque. Sin embargo no logrará abandonar la espesura por lo que, tras un día entero caminando, deberá regresar a la casa para pedir refugio a la extraña familia que allí habita. Entonces les pide que le acompañen al pueblo más cercano, pero todo lo que consigue son excusas nerviosas -aunque ocurrentes- hasta que al fin obtiene la promesa por parte de los tres hermanos de que le acompañarán a la mañana siguiente. Pero eso no ocurrirá, porque... bueno piltrafillas, mejor que lo veáis vosotros mismos.


Esta Hansel and Gretel –que por fin he conseguido después de un par de años de conocer de su existencia y desearla ver sin poder acceder a una versión subtitulada y con buena calidad de imagen- es una emocionante e intensa preciosidad de cinta que se desarrolla en una aterradora atmósfera oscura –y sobre la que flota la tristeza conforme se nos van dando las claves de lo que ocurre- basada libremente en el texto de los Hermanos Grimm. Tiene una música acertada, unas interpretaciones convincentes, una fotografía muy bonita y un guión sobrecogedor rodado fantásticamente que consigue mantener en tensión al espectador, ávido de conocer más sobre lo que está pasando y de saber cómo terminará todo. En resumen amiguitos, otro ejemplo de buen cine coreano del que soy un acérrimo seguidor y que –por supuesto- os recomiendo.

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