domingo, 17 de abril de 2011

La lupa mannara


Amiguitos, comienzo mis reseñas de hoy con una cinta de terror de serie B titulada La lupa mannara –aunque también ha recibido los títulos de Terror of the she-wolf, Blutmond o Werewolf woman entre muchos otros-, una película que comienza con una mujer desnuda danzando en éxtasis bajo la luna llena en medio de un círculo de fuego que se convierte en una criatura peluda casi idéntica a la caracterización de Ozzy Osbourne para la portada de su álbum Bark at the moon. Este pequeño detalle –estoy aventurando una hipótesis sin base alguna, aunque tampoco es imposible- nos indica como esta notable cinta casposa de terror puede que haya influido a más público de que parecería en una primera impresión. Porque sí, La lupa mannara no es La Diligencia ni Ciudadano Kane, pero creo sinceramente que esta historia de terror casposo salpicada de erotismo light es una notable obra de terror que acaba derivando en un thriller de lo que se dio en llamar rape and revenge que no tiene nada que envidiar a productos similares de la época.


Lo que la cinta nos cuenta es como la joven Daniela, mujer trastornada por una violación a los quince años -recluida ahora junto a su padre en una mansión en medio del bosque-, llega a conocer la historia de una antepasada homónima que en las noches de luna llena se convertía en loba y asesinaba a los aldeanos de su pueblo. A partir de este hecho, la actual Daniela, hasta el momento poco receptiva al contacto con los hombres, lejos de recuperarse de su estado sufre de terribles pesadillas y de un ardiente e inesperado despertar sexual que aconseja incluso su hospitalización. La llegada de su hermana y su cuñado a la mansión precipitarán unos acontecimientos marcados por la violencia relacionados con el pasado de la familia. Y para mostrarnos esta historia, el italiano Rino Di Silvestro nos ofrece una cinta en la senda de lo que encontramos en el cine euro-trash de los 70 de Franco o Rollin en la que la truculencia de un argumento en el que sangre y sexo se mezclan –por cierto, hay una escena en la que se advierte la influencia de El Exorcista- se ve completada con profusión de imágenes en las que el cuerpo desnudo de –en esta ocasión- la francesa Annik Borel toman protagonismo. En resumen piltrafillas, una película friki, palomitera, casposa y distraída que no puedo hacer otra cosa que recomendaros.

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