domingo, 27 de marzo de 2011

Confessions









Mi segunda reseña es una recomendación con todas mis fuerzas, un thriller psicológico japonés poco convencional titulado Confessions ubicado en un instituto que se inicia el último día del primer trimestre de curso, un 25 de Marzo a la hora del desayuno -mientras los alumnos treceañeros beben unos tetrabriks de leche- en el que ante la alegría de algunos, la sorpresa de otros y la indiferencia insolente de la mayoría, la profesora Moriguchi les confiesa que nunca se ha fiado de ellos –la primera de las confesiones que dan título a la cinta- y les anuncia que les va a dar una última lección. Entonces les habla de Manami, su pequeña hija fruto de su amor con otro profesor con el que no se casó porque a él le habían diagnosticado SIDA y –de común acuerdo- habían decidido que ella cuidaría al bebé en solitario para evitar que se supiese quien era su padre y que la enfermedad de este la estigmatizase de por vida. Entonces la profesora les recuerda con emoción contenida como su hija falleció a los cuatro añitos ahogada en la piscina del colegio y –llega el primer mazazo de la película- les asegura que el suceso no fue un accidente, sino que a la criatura la mataron unos estudiantes de esa misma clase. La frialdad con la que Moriguchi habla de la ley del menor y de cómo esta provoca que horribles asesinatos cometidos por adolescentes queden impunes es muy impactante. El monólogo poco a poco va captando el interés de los alumnos –y del hipnotizado espectador- y prosigue con la historia de los asesinos de su hija, unos adolescentes a los que se refiere como A y B pero que rápidamente son identificados por sus compañeros. Es entonces cuando llega el anuncio de la cruel venganza que la aparentemente impasible profesora ha ideado y el fin de la primera parte de la cinta.



La segunda parte de Confessions prosigue con el inicio del segundo trimestre del curso, la ausencia de la profesora Moriguchi y la llegada de un nuevo maestro que provocará una nueva confesión, la de Mizuki Miyahara –una alumna a la que desde pequeña han despreciado sus compañeros-, y luego otra confesión y otra y otra... Confessions es el retrato descarnado de una sociedad sin amor que cultiva la soledad de sus miembros creando monstruos, la foto de una juventud deshumanizada y sin valores que convive con la violencia de una manera despreocupada, irresponsable y aterradora en el marco de la sociedad tecnológica. Prueba de la maldad de los adolescentes son los puntos de castigo que van consiguiendo, actualizados en tiempo real en sus teléfonos móviles, o el mensaje subliminal que consiguen enviar al torturado Naoki. La historia original en su desarrollo se apoya en un guión bien construido, una fotografía preciosa y fría –como la actitud de la profesora, que confiesa sus sentimientos sin levantar la voz ni expresar ira ni enfado, con la determinación de quien lleva a cabo un plan minuciosamente trazado- llena de difuminados, una banda sonora muy lograda, profusión de escenas a cámara lenta y ritmo pausado al principio y en la mayor parte del metraje pero trepidante en su fase final... En resumen piltrafillas, Confessions es una cinta de estética delicada que envuelve un mensaje oscuro con forma de mosaico del que se nos muestran diversas porciones y que hasta el final no observamos en su totalidad. Después de cosechar un gran éxito de crítica y público en su país y en diversos festivales internacionales por los que ha pasado, definitivamente no es del tipo de cintas gore niponas que últimamente disfruto, por lo que os pido que no os dejéis llevar por los prejuicios y me hagáis caso. No os la podéis perder.

2 comentarios:

  1. Me puedes dejar el enlace para bajarla??? si es en VOSE, mejor... porque ni en Ares, ni en mejorenvo la hay.

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