Mi primera incursión en el séptimo arte del día de hoy la dedico a Stone, un thriller psicológico que cuyo reparto sumamente atractivo presagiaba una gran cinta. Sin embargo, el resultado –quizás por culpa de las expectativas generadas- me ha decepcionado un poco. Lo que la película nos cuenta es como un veterano agente de libertad condicional que está a punto de jubilarse debe evaluar a un convicto condenado por encubrir el asesinato de sus abuelos intentando no sentirse influenciado por la bella y voluptuosa mujer de este. La historia avanzará en un extraño triángulo en el que por un lado tendremos a Jack, el funcionario, Gerald Stone, el presidiario, y a Lucetta, una maestra de moral disoluta y esposa del segundo.
Piltrafillas, ya os he dicho que Stone tenía un reparto atractivo. Por un lado dos actores por los que siento debilidad, en especial De Niro –únicamente como actor amiguitos, que estos días le tenemos rodando por Barcelona y por todas partes por donde ha pasado ha dejado testimonio de que es de todo menos amable, próximo o educado, es toda una estrella en la peor acepción del término-, y por otro una actriz muy guapa por la que también tengo debilidad. Oh, vaya, lo siento si alguno de vosotros cree que el comentario ha sido machista, pero no creo que la Alice de Resident Evil sea precisamente Bette Davis. Aún así, no me malinterpretéis piltrafillas, creo sinceramente que esta vez la Jovovich se lo ha currado de manera admirable componiendo un putón manipulador muy convincente. Y mientras Jack se ve abocado a ayudar a Stone agobiado por la culpa, el convicto cae en un sospechoso misticismo repentino, una especie –en palabras del propio Jack- de epifanía espiritual que cuesta de creer. Eso es todo lo que encontraréis en una cinta que trata de las contradicciones del conservadurismo religioso y la moral de puertas adentro, con buenas interpretaciones, distraída a ratos y lenta a otros. No pasará a la historia del cine, una pena porque tanto la historia como los protagonistas daban para mucho más.
Piltrafillas, ya os he dicho que Stone tenía un reparto atractivo. Por un lado dos actores por los que siento debilidad, en especial De Niro –únicamente como actor amiguitos, que estos días le tenemos rodando por Barcelona y por todas partes por donde ha pasado ha dejado testimonio de que es de todo menos amable, próximo o educado, es toda una estrella en la peor acepción del término-, y por otro una actriz muy guapa por la que también tengo debilidad. Oh, vaya, lo siento si alguno de vosotros cree que el comentario ha sido machista, pero no creo que la Alice de Resident Evil sea precisamente Bette Davis. Aún así, no me malinterpretéis piltrafillas, creo sinceramente que esta vez la Jovovich se lo ha currado de manera admirable componiendo un putón manipulador muy convincente. Y mientras Jack se ve abocado a ayudar a Stone agobiado por la culpa, el convicto cae en un sospechoso misticismo repentino, una especie –en palabras del propio Jack- de epifanía espiritual que cuesta de creer. Eso es todo lo que encontraréis en una cinta que trata de las contradicciones del conservadurismo religioso y la moral de puertas adentro, con buenas interpretaciones, distraída a ratos y lenta a otros. No pasará a la historia del cine, una pena porque tanto la historia como los protagonistas daban para mucho más.
Jovovich: puton manipulador.
ResponderEliminarMuy bueno.
Pues en todo: va a ser que si, coincidentes.