Una buena película, ni más ni menos, es la que os voy a comentar ahora. Se trata de Little New York (Staten Island), un drama que nos cuenta la historia de tres persoanjes que residen en ese barrio del sur de Nueva York cuyas vidas se cruzan en algún momento. La cinta se inicia con Parmie Tarzo –un gángster- y sus muchachos dándole un paliza a alguien que ha entrado a robar en casa de su madre, hiriéndola de un disparo. El pobre desgraciado ha tenido en el suceso unos cómplices de los que no da detalles, pero Tarzo está dispuesto a sacarle la información a golpes. Precisamente entonces –cuando parece que Staten Island es una peli de mafiosos- asistimos a su hilarante intento por conseguir el record de permanencia bajo el agua sin respirar para alcanzar el reconocimiento del público. En esos momentos es cuando parece que la cinta es una especie de comedia negra. Luego veremos como a Tarzo –una buenísima interpretación de Vincent D’Onofrio, un tipo que siempre me ha encantado en la televisiva Law & Order: Criminal Intent- se le ocurre tomar el control total de Staten Island para convertirse en una leyenda, pero cuando sus propios hombres intentan asesinarle, sus objetivos cambian y se erige en defensor de los bosques de la isla, no por interés medioambiental, sino porque el gilipollas sólo ha perseguido una cosa en la vida, la fama.
Por otro lado está Sully, un limpiador de fosas sépticas cuya mujer le propone tener un hijo pero que tras unos meses de ponerse a ello no consigue quedarse embarazada. Cuando van al médico, descubren que ella tiene el útero invertido, nada grave, es algo que dificulta la concepción pero no la imposibilita. Eso les tranquiliza, pero algo que Sully ve en la sala de espera despierta en él un inusitado interés por las técnicas de selección embrionaria y le hace depositar todas sus esperanzas en un sistema que puede convertir a su futuro hijo en un genio que haga algo importante por la humanidad, alguien que tenga más inteligencia que él. Pero para entrar en el programa de inseminación artificial con tratamiento genético necesita mucho dinero. Y es a estas alturas de la cinta cuando descubrimos que Sully –otra emocionante actuación de la mano de Ethan Hawke- no es otro que uno de los cómplices del pobre diablo al que Tarzo golpeaba al principio de la película. Que el gángster le encuentre es sólo cuestión de tiempo, por lo que debe huír para salvar su vida. Y por último tenemos a Jasper -interpretado por el veterano Seymour Cassel-, el dependiente de una charcutería italiana, sordomudo y casi anciano. Es uno de los hombres de Tarzo, uno sin importancia, un simple empleado, pero quien realiza los trabajos más sucios. Durante veinte años no ha ganado un centavo en las apustas a los caballos pero ahora –súbitamente- ha acertado una tripleta. Sin embargo no sabe en qué gastar el dinero.
Amiguitos, Staten Island es una notable película fresca, extraña, que comienza como una comedia negra aunque rápidamente nos damos cuenta de que no es lo que parece y que va avanzando lentamente al principio mientras nos va explicando las vidas de los tres protagonistas, ganando en intensidad y dramatismo con el tiempo. Hay un momento en el que parece que pierde fuelle, pero entonces desemboca en un final impactante y emocionante. Muy recomendada para todos los amantes del cine y con unas actuaciones más que notables, en mi opinión es una cinta que huye de la pirotecnia y se limita a contar historias. Y eso, en los tiempos que corren, es de agradecer.
Por otro lado está Sully, un limpiador de fosas sépticas cuya mujer le propone tener un hijo pero que tras unos meses de ponerse a ello no consigue quedarse embarazada. Cuando van al médico, descubren que ella tiene el útero invertido, nada grave, es algo que dificulta la concepción pero no la imposibilita. Eso les tranquiliza, pero algo que Sully ve en la sala de espera despierta en él un inusitado interés por las técnicas de selección embrionaria y le hace depositar todas sus esperanzas en un sistema que puede convertir a su futuro hijo en un genio que haga algo importante por la humanidad, alguien que tenga más inteligencia que él. Pero para entrar en el programa de inseminación artificial con tratamiento genético necesita mucho dinero. Y es a estas alturas de la cinta cuando descubrimos que Sully –otra emocionante actuación de la mano de Ethan Hawke- no es otro que uno de los cómplices del pobre diablo al que Tarzo golpeaba al principio de la película. Que el gángster le encuentre es sólo cuestión de tiempo, por lo que debe huír para salvar su vida. Y por último tenemos a Jasper -interpretado por el veterano Seymour Cassel-, el dependiente de una charcutería italiana, sordomudo y casi anciano. Es uno de los hombres de Tarzo, uno sin importancia, un simple empleado, pero quien realiza los trabajos más sucios. Durante veinte años no ha ganado un centavo en las apustas a los caballos pero ahora –súbitamente- ha acertado una tripleta. Sin embargo no sabe en qué gastar el dinero.
Amiguitos, Staten Island es una notable película fresca, extraña, que comienza como una comedia negra aunque rápidamente nos damos cuenta de que no es lo que parece y que va avanzando lentamente al principio mientras nos va explicando las vidas de los tres protagonistas, ganando en intensidad y dramatismo con el tiempo. Hay un momento en el que parece que pierde fuelle, pero entonces desemboca en un final impactante y emocionante. Muy recomendada para todos los amantes del cine y con unas actuaciones más que notables, en mi opinión es una cinta que huye de la pirotecnia y se limita a contar historias. Y eso, en los tiempos que corren, es de agradecer.
puff!
ResponderEliminarUsté mismo...
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