Bueno amiguitos, lo cierto es que pese a haber tenido unos cuantos días de vacaciones, he tenido las horas tan llenas de actividad que no he podido dedicarle al cine tanto tiempo como esperaba. Sin embargo, estoy en disposición de hablaros de algunos títulos de los que he disfrutado estas vacaciones. La primera cinta de la que voy a expresar mi opinión es Humanoides del abismo, una cinta cutre de serie B que sin embargo ha envejecido bastante dignamente con el paso del tiempo y se ha convertido en un pequeño clásico. La historia que cuenta tiene lugar en un típico pueblo de pescadores ubicado en la desembocadura de un río en el que comienzan a ocurrir extraños sucesos –barcos que explotan, mujeres que desaparecen y perros despanzurrados-, todo ello en el marco del conflicto entre los empleados de una conservera encabezados por un tal Hank y los defensores de la pesca tradicional sostenible personificados en el indio Johnny Eagle. Al principio, los rudos hombres del lugar –bebedores de cerveza y pendencieros- echan la culpa de los accidentes al pobre indio, por lo que deciden tomarse la justicia por su mano. Sin embargo, una científica les abrirá los ojos explicando a todo el que la quiera oír la verdadera razón de lo que está ocurriendo en el lugar. Claro que a lo mejor es demasiado tarde.
Una película simpática piltrafillas, producida por New World Pictures –la empresa de Roger Corman, señal de calidad aunque sea en el universo de la serie B-, con un inicio musical a cargo de James Horner muy inquietante, una mezcla gore de película de terror con monstruos –producto de experimentos biológicos- y cinta de denuncia ecológica en la que se explica como la avaricia de una empresa por conseguir ejemplares de salmón más grandes en menos tiempo les hace investigar con un compuesto a base de hormonas del crecimiento alteradas. Un buen día, unos salmones tratados con ese compuesto escapan del laboratorio y van a parar al mar, en donde no tardan en formar parte de la cadena alimenticia de otros peces, tales como –ojo al dato amiguitos- unos ejemplares de celacanto que aún residen en esas aguas. Ahora ya sabemos gracias a Humanoides del abismo, que unos peces prehistóricos sometidos a la hormona del crecimiento se convierten en una especie de hombres-rana verdes con un cerebro enorme y gusto por violar a las bañistas. Personajes poco definidos, interpretaciones de pena, pescadores malos, indios buenos, chicas gritonas, monstruos de látex... en resumen, una cinta distraída para ver con una copa de ron añejo o de brandy y una buena dosis de nostalgia.
Una película simpática piltrafillas, producida por New World Pictures –la empresa de Roger Corman, señal de calidad aunque sea en el universo de la serie B-, con un inicio musical a cargo de James Horner muy inquietante, una mezcla gore de película de terror con monstruos –producto de experimentos biológicos- y cinta de denuncia ecológica en la que se explica como la avaricia de una empresa por conseguir ejemplares de salmón más grandes en menos tiempo les hace investigar con un compuesto a base de hormonas del crecimiento alteradas. Un buen día, unos salmones tratados con ese compuesto escapan del laboratorio y van a parar al mar, en donde no tardan en formar parte de la cadena alimenticia de otros peces, tales como –ojo al dato amiguitos- unos ejemplares de celacanto que aún residen en esas aguas. Ahora ya sabemos gracias a Humanoides del abismo, que unos peces prehistóricos sometidos a la hormona del crecimiento se convierten en una especie de hombres-rana verdes con un cerebro enorme y gusto por violar a las bañistas. Personajes poco definidos, interpretaciones de pena, pescadores malos, indios buenos, chicas gritonas, monstruos de látex... en resumen, una cinta distraída para ver con una copa de ron añejo o de brandy y una buena dosis de nostalgia.
Esta no la viste con tu pequeña, eh??? jejeje
ResponderEliminarPues no caballero. La verdad es que se lo propuse, pero prefirió ver Holocausto caníbal con las amigas ja ja ja.
ResponderEliminarNo guta e kk
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