Piltrafillas, bienvenidos a una nueva cita cinematografica en el blog de este que os escribe. Inauguro la entrada de hoy con la primera de las cintas que he visto este fin de semana, Demonia, una casposa película italiana de terror de serie B de hace veinte años dirigida por Lucio Fulci –un realizador mítico del cine gore de los 80 que al final de su carrera alumbró obras como la que hoy os presento, de un nivel bastante inferior al resto de su producción- que sin embargo me ha parecido mucho más interesante que cualquiera de las que a la misma hora ofrecía la televisión. La historia que Demonia cuenta es la de Liza, una arqueóloga canadiense aficionada a jugar con la ouija que contacta con el espíritu de unas monjas a las que en 1486 crucificaron acusadas de posesión satánica. Casualmente Liza se desplazará hasta Sicilia para investigar restos de la cultura griega en las ruinas de la cripta en la que tuvo lugar el asesinato junto al publo de Santa Rosalía y –como es de imaginar- ello no provocará más que desgracias.
Amiguitos, no sería sincero si os dijese que Demonia es una cinta indispensable que no os podéis perder. Para tratarse de una película de terror de un maestro del gore la verdad es que los efectos visuales son de pena, los decorados de cartón piedra, la sangre escasa, los desnudos femeninos brillan por su ausencia, la interpretación provoca vergüenza ajena, el guión apesta y la historia está más vista que las películas del oeste. Sin embargo, partiendo de esa base y si no esperamos otra cosa, esta obra menor de Fulci puede resultar incluso distraída.
Amiguitos, no sería sincero si os dijese que Demonia es una cinta indispensable que no os podéis perder. Para tratarse de una película de terror de un maestro del gore la verdad es que los efectos visuales son de pena, los decorados de cartón piedra, la sangre escasa, los desnudos femeninos brillan por su ausencia, la interpretación provoca vergüenza ajena, el guión apesta y la historia está más vista que las películas del oeste. Sin embargo, partiendo de esa base y si no esperamos otra cosa, esta obra menor de Fulci puede resultar incluso distraída.
santa madonna (2)
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