Formula 1

Bueno amiguitos, para los aficionados al automovilismo mañana es el gran día. Y lo será porque después de una nueva temporada en la que nos hemos divertido asistiendo al gran trabajo de Red Bull pese a la animadversión que Weber y Vettel sienten el uno por el otro, al despido inapropiado de Martínez De la Rosa por el que siento una especial simpatía, a la aparente invisibilidad de un Hamilton que -pese a todo- sigue ahí con opciones y a la evolución de un Alonso al que muchos ya daban –dábamos- por acabado para este año hace muchas carreras, mañana se decidirá quién se convierte en el campeón del mundo de Fórmula 1. Y debo deciros que, por primera vez, gane quién gane me parecerá perfecto y me alegraré. Si es Alonso, porque –con Alguersuari corriendo en otra división- es el único español con opciones. Si es Vettel, porque es joven, me cae bien y –además- se lo merecerá. También se lo merecerá Webber -lo que su equipo está haciendo con él no tiene nombre-, quien además tiene el sentimiento añadido de que si no gana este año no le queda demasiado tiempo para hacerlo. Por último, si gana Hamilton me haré un hartón de reír. Así pués, mañana veremos si tal o cual queda primero, pero el otro queda tercero y el otro... en fin, que asistiremos a una carrera que -al menos sobre el papel- pinta muy interesante y divertida. Es verdad que existe la posibilidad de que en la primera curva se vayan a la mierda Webber y Alonso, Vettel impacte contra Hamilton... o a saber qué golpe de efecto puede ocurrir mañana que despeje desde el principio todas las incógnitas y convierta la carrera en algo aburrido, pero toquemos madera y esperemos con ilusión lo que este gran circo del espectáculo del motor puede ofrecernos mañana.