Hoy os quiero hablar de un Citroën. Piltrafillas, no me negaréis que la firma francesa se ha caracterizado durante su historia por la innovación y la concepción de vehículos que –por diferentes razones- han sido hitos de la historia del automóvil. Quien no conoce el 2CV, la furgoneta H VAN –que parecía hecha con persianas-, el SM, el CX, el DS –que en España se conocía como Tiburón- o el Traction Avant, que en nuestro país fue bautizado popularmente como Pato. Pues bien, del que ahora os quiero contar algo es el Ami 6, un automóvil diseñado por Flaminio Bertone que salió al mercado a principio de los 60 y estuvo casi dos décadas en producción, la última de ellas con la denominación Ami 8. Poca broma con este extraño coche amiguitos, que aún pareciendo que un elefante se había sentado sobre el techo, se convirtió en uno de los más vendidos del país vecino. Os diré que del Ami 6 Break o del Ami 8 sí tengo el recuerdo de haberlos visto por las calles de Barcelona, sin embargo del inicial Ami 6 el único recuerdo que guardo es el de una miniatura en metal con la que jugaba en casa de mi abuelo, fallecido ya hace varios años. Es por ese detalle nostálgico –el del juguete en mis manos infantiles- por lo que hoy he decidido escatar de la memoria a este modelo de Citroën, otra de las acertadas producciones de la marca francesa.
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