lunes, 5 de abril de 2010

Distrito 9







Piltrafillas, aunque este fin de semana ha sido bastante largo, podéis ver que las entrada cinematográficas son más bien escasas. De hecho, esta va a ser la única. Como es natural, entre las horas en la carretera y las que he ocupado paseando por esos mundos, le he dedicado muy poco tiempo a ponerme ante la pantalla del televisor para programarme pases de películas. Sin embargo dejadme que os hable de la que ayer noche disfruté y que a mi señora no le gustó en absoluto. Me refiero a Distrito 9. La cinta –avalada por Peter Jackson- nos cuenta de una manera realista la llegada hace veinte años de una nave alienígena a los cielos de Johannesburgo, una elección de los guionistas para nada casual. Cuando las autoridades acceden al interior de la enorme nave y se encuentran con cientos de miles de extraterrestres enfermos no piensan en otra solución –más que nada por lavar su cara frente a la opinión pública y por intereses claramente militares- que la de acoger a los refugiados y recluirlos en una nueva barriada en las afueras de la capital, el distrito 9 del título, que no tarda en convertirse en un ghetto sin más ley que la de las bandas de traficantes, un verdadero campo de concentración en el que sus pobres habitantes malviven como alimañas sin ningún tipo de esperanza, sometidos por los delincuentes y la administración. Ahora, cuando la población de esa especie de cangrejos gigantes de figura antropomorfa casi alcanza los dos millones de especímenes, la MNU –corporación privada a la que el Gobierno cedió tiempo atrás la gestión del campo de refugiados y, en realidad, un fabricante de armas- organiza un traslado a un nuevo distrito a 200 kilómetros de Johannesburgo. Para dirigir tal cometido, el presidente de la compañía nombra al pusilánime de Wikus Van de Merwe. El principal objetivo de la MNU -al que están dedicando una enorme cantidad de recursos- es saber como funcionan las armas alienígenas, ya que al parecer sólo son efectivas si las accionan seres con el ADN de los extraterrestres. Por eso, cuando Wikus se infecta con un extraño fluido y comienza a sufrir mutaciones, el sueño de la compañía se hace realidad. Sin embargo, el panoli de Wikus no está dispuesto a dejarse matar y su personalidad da un giro de 180º cuando se interna en el distrito 9 para buscar ayuda.




Amiguitos, Distrito 9 es una película de ciencia ficción, una cinta de acción, pero también invita a la reflexión al existir un paralelismo más que evidente entre los refugiados alienígenas y los inmigrantes de cualquier nación que a veces aparecen en nuestras ciudades y que se convierten más en un problema que en un objetivo de ayuda por parte de las entidades sociales. En Distrito 9 se pone de manifiesto una vez más que el fuerte nunca ayuda al débil sino es para beneficirse de él o porque moralmente está obligado. En tal caso, con hacer lo mínimo –lo que la mayoría de las veces agrava el problema- las conciencias de los mandatarios ya se sienten confortadas. Lo dicho, que mi esposa no fue capaz de encontrarle a la cinta ni un sólo aspecto positivo, pero a mi me pareció distraída, ágil y amena además de con unas interpretaciones más que aceptables y con uno de esos finales que le deja al espectador un sabor de boca agridulce. Incluso la música me gustó amiguitos.

3 comentarios:

  1. Pues cuando la ví pensé que era una película bastante estúpida. No le veo el sentido de explicar el conocido apartheid de Sudáfrica con extraterrestres.

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  2. Bueno, no creo yo que hable precisamente del apartheid. Esa es la lectura que parece obvia, pero como usted dice -y más a estas alturas- sería estúpido hablar de ello. Yo creo que va más allá, como por ejemplo a los subsaharianos que llegan a las costas de Cadiz o a los turcos que aparecen en Alemania.

    Pero bueno. ¿Al menos -tomándosela como una peli de acción y ciencia ficción- se distrajo o se aburrió, como mi esposa?

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  3. Bueno me distrajo, como divertimento está bien.

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