Y como dicen que no hay dos sin tres, os presento ahora a Marion Bolognesi, otra artista que me ha llamado la atención, aunque no tanto como las dos anteriores. Nacida en las Antillas Holandesas, tuvo una infancia movida –producto del nomadismo de sus padres, quienes tenían un velero- que la llevó a los Estados Unidos, Suiza, de regreso a su isla natal de Bonaire y de nuevo a los Estados Unidos, en donde pasó por Charleston, Long Island y la localidad de Hardwick, en Massachusetts. Más tarde estudió en Boston y finalmente se estableció en Nueva York, en donde sigue trabajando. Sus obras son muy coloristas, llaman la atención y -aunque personalmente no me resultan demasiado impresionantes- tienen su mérito.
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