Piltrafillas, si sois seguidores de este blog –me gusta pensar que artístico- o habéis disfrutado de varias de sus ya más de 4.200 entradas sabréis que a mi el arte abstracto no es que me atraiga demasiado. Habrá intelectuales que me dirán que lo que pasa es que no lo entiendo, pero si el arte -en lugar de emocionar- hay que entenderlo, para mi es que falla algo. Sea como sea, en este miércoles ecuador de la semana laboral en el que he abierto de una manera poco habitual –para estar entre semana- con unas instantáneas con más glamour que arte, me permitiréis que os hable de Stanley Whitney pintor nacido en Philadelphia en 1946 que ha recibido numerosos premios en toda su carrera –mira por donde-, autor de unos cuadros formados por rectángulos de colorines a los que no les veo ni la gracia ni el mérito, pero que hoy –a saber por qué oscura razón- han captado mi atención y espero que la vuestra.
Me sorprende, sí.
ResponderEliminarQuizá tenga que ver con el equilibrio del color, las líneas y esas menudencias.
No emociona, pero produce cierta inquitud...
Emoción y arte.
ResponderEliminarEntender/sentir.
Creo que en todo arte, en todo estilo y manera, produce un sentimiento en el espectador.
Desprecio, admiración.
Acercamiento/distancia.
El rojo me apasiona, quizás, las manchas de color en el alma del creador tengan su propio significado, a mi, me deja mirando.
Un abrazo.