sábado, 30 de enero de 2010

Amazon Jail





Piltrafillas, comienza la sesión cinematográfica del fin de semana con Amazon Jail, una cinta de serie B perpetrada por Oswaldo de Oliveira y datada en 1985. La historia que cuenta la película es la de un matrimonio que con la promesa de un trabajo en su rancho en medio de la jungla amazónica, capta a jovenes de buen ver –y bastante estúpidas, la verdad- y las mantiene secuestradas en un cobertizo para utilizarlas en orgías privadas para satisfacer los deseos de los potentados que visitan el rancho. Evidentemente, el tono de softporn de Amazon Jail nos lleva hasta la ridiculez suprema cuando somos testigos en todo momento de la actitud pasiva, resignada y condescendiente de las mujeres recluidas en su cárcel de bambú que, más que secuestradas parece que estén en un hotel de vacaciones. Así, mientras no están bailando o sirviendo de desahogo sexual en alguna fiesta privada, se prestan –algunas de manera incoherentemente alegre- a los abusos a los que las somete su obeso captor, feo y borracho –cuya voz original le convierte en una especie de sosias de Lemmy Kilmister, cantante de Motörhead- que las requiere cuando le place sin que ello le importe a su mujer, quien también tiene sus escarceos con algunas de ellas cuando lo considera necesario. Una noche, una de las chicas logra escapar, pero al poco es encontrada por los empleados del rancho en la selva y acaba falleciendo. Sin embargo, el resto de mujeres no se resigna y con la ayuda de un joven vigilante que está enamorado de una de ellas –todo un highlight la escena de sexo a través de los barrotes de bambú- acaban huyendo del cobertizo internándose en la jungla, en donde perdidas, con sus vestiditos hechos jirones y sus tetas al aire deberán sobrevivir –alguna de ellas enferma- al hambre, las alimañas y a sus humanos perseguidores.





Argumento imbécil, interpretación nula –es decir, que no es que sea mala, es que directamente no existe- y calidad más que discutible. Así pues –como en otras ocasiones- los recién llegados a este espacio quizás se pregunten la razón por la que le dedico unas líneas a tan infumable película. La razón –que comprenderán los piltrafillas habituales- es bien simple. Partiendo de la base de que uno ya no esperaba encontrarse con Citizen Kane al comenzar el visionado, Amazon Jail tiene mujeres desnudas a punta pala: bailando a ritmo de samba, comiendo fruta, acariciándose, manteniendo relaciones con su captor –y toscos episodios lésbicos con la mujer de este-, estirándose de los cabellos, duchándose, correteando entre la maleza... en definitiva, lo que se espera –en realidad lo único que se espera- de productos de este tipo. Amazon Jail podríamos decir que se trata de una mezcla de subgéneros como son prisiones y jungla. Por lo tanto, y desde ese punto de vista, no os extrañará que un friki como yo haya disfrutado de una obra tan vulgar en cuanto a su calidad cinematográfica pero remarcable como obra de la sexploitation más bizarra.

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