No querría que tomáseis a mal mis palabras piltrafillas, pero lo cierto es que obviando la desgracia –una más- que ha azotado recientemente a los haitianos y la pena enorme que puedan darnos esas personas, somos todos unos hipócritas de mucho cuidado. Sí amiguitos, porque los haitianos son pobres de solemnidad ahora... y también lo eran el día 11 de Enero y el año pasado y los anteriores. En el fondo –haciendo un comentario cruel y quizás políticamente incorrecto- podríamos alegrarnos por los cientos de miles de muertos que no sufrirán más el hambre, la enfermedad y la angustia. Los gobiernos se están volcando en ayudar a la población, cientos de periodistas se han desplazado hasta allí en un obsceno ejercicio de reality show del sufrimiento ajeno disfrazado de generosidad y países como Francia hablan de perdonar la deuda externa. ¿Es que Haití no necesitaba que se le perdonase la deuda hace un año? ¿es que a nadie le importaban los diversos golpes de estado que el país ha ido sufriendo en su historia reciente y las importantes carencias sanitarias que arrastra desde hace décadas? ¿es que tienen que ocurrir grandes desastres para que los gobiernos jueguen a lavar sus conciencias? Esto me recuerda a esos cruces de carretera en los que la seguridad es más que deficiente pero donde el ayuntamiento de turno no coloca semáforos hasta que no hay un atropello mortal. Pero no os preocupéis piltrafillas, que esto no durará mucho. De aquí a un mes –o quizás menos- ya no nos acordaremos de Haití, las imágenes de sus gentes nos causarán hartazgo por exceso y entonces los noticiarios buscarán algún país de África con imágenes de niños moribundos con las que azuzar nuestras conciencias o la naturaleza nos regalará –bien lejos, eso sí por favor- alguna inundación, terremoto o erupción volcánica para que durante un tiempo podamos sentir pena del prójimo desfavorecido mientras –por supuesto- seguimos manteniéndole en el subdesarrollo para, de tanto en tanto, darle unas monedas y sentir lástima por él, algo que nos hace sentir a salvo e importantes. A lo mejor hay quien me tilda de demagogo, pero lo que de verdad hay aquí es mucha HIPOCRESÍA.
Así es la condición humana...una pena, pero totalmente cierto!
ResponderEliminar100 por cien de acuerdo con usted
ResponderEliminara tope. 100%
ResponderEliminarFirmo tu escrito al 100%.
ResponderEliminarYo me cago en la corrección política y suscribo todo lo dicho.
ResponderEliminarEsa es la naturaleza de la condición humana, cuando valoramos las fotografías de un artista...cuando se muere, lo mismo le pasa a los directores de cine, pintores, etc, el género humano mal nos pese es así y así seguirá no hay vuelta de hoja.
ResponderEliminarSeñores. Gracias por su colaboración.
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