Amiguitos cinéfilos, por fin he visto Malditos bastardos, la última travesura del realizador norteamericano Quentin Tarantino. Tenía miedo –como siempre- de que las expectativas no estuviesen a la altura del resultado final, pero al poco de iniciarse la película -con esa larga escena de casi veinte minutos en la que el granjero LaPadite se ve ante el coronel Landa, sin un sólo grito, sin acción, sin música de apoyo... pero dotada de una insoportable tensión- me ha quedado claro que mucho tenía que torcerse el trabajo de Tarantino para que la cinta no me gustase. Luego me he encontrado con un poco de violencia, bastante humor negro y al final he visto que tanto el argumento como el trabajo interpretativo de algunos de los actores daba para mucho más de lo que la película ofrecía. Me explicaré. Malditos bastardos cuenta –a mi modo de ver- dos historias, pero ha centrado la trama en la peor -entiéndase la más floja- de ellas. Por un lado tenemos a un grupo de soldados judíos norteamericanos comandados por un teniente sureño de raíces indias cuya misión es la de infiltrarse en la Francia ocupada y asesinar al mayor número posible de soldados alemanes. Por otra parte está la historia de Emanuelle Mimieux, dueña de un cine en el que Goebbels –por indicación de su protagonista, el soldado Zoller, enamorado de la chica- pretende proyectar una película glorificadora del espíritu alemán. Lo que ocurre es que el encargado de la seguridad del evento no es otro que el implacable coronel Landa, el asesino de toda la familia de Shosanna Dreyfus -verdadero nombre de Emanuelle-, un tipo al que no se le escapa una.
Total, que en realidad, esos malditos bastardos del título casi no aparecen en la cinta. Yo incluso diría que son meramente anecdóticos y que hubiese sido mucho mejor centrarlo todo en la historia de Shosanna Dreyfus y su inteligente venganza. Pero claro, vende mucho más el coleguita Brad Pitt que la maravillosa Mélanie Laurent. Qué se le va a hacer. No me malinterpretéis, la película me ha gustado mucho, es divertida, tiene detalles geniales, tiene buena fotografía, buena música –excepto cuando incluye a David Bowie, que no se que pinta en ella-, humor ... pero no profundiza en nada, es el vivo ejemplo del dicho castellano “quien mucho abarca poco aprieta”. En mi opinión, Malditos bastardos es un homenaje de Tarantino –una vez más- a todas esas películas de serie B con las que disfrutó en su juventud, y el resultado ha sido a su vez un bonito, colorido y muy bien hecho producto –también- de serie B. Sin lugar a dudas –y en eso coincido con la mayoría de las críticas que he podido conocer- lo mejor de todo ha sido el hallazgo del actor austriaco Christoph Waltz en el papel de Hans Landa, un entrañable hijo de puta, astuto como una comadreja, que roba a sus partenaires cada escena en la que interviene. Recomendable piltrafillas, sí, pero en su justa medida.
Total, que en realidad, esos malditos bastardos del título casi no aparecen en la cinta. Yo incluso diría que son meramente anecdóticos y que hubiese sido mucho mejor centrarlo todo en la historia de Shosanna Dreyfus y su inteligente venganza. Pero claro, vende mucho más el coleguita Brad Pitt que la maravillosa Mélanie Laurent. Qué se le va a hacer. No me malinterpretéis, la película me ha gustado mucho, es divertida, tiene detalles geniales, tiene buena fotografía, buena música –excepto cuando incluye a David Bowie, que no se que pinta en ella-, humor ... pero no profundiza en nada, es el vivo ejemplo del dicho castellano “quien mucho abarca poco aprieta”. En mi opinión, Malditos bastardos es un homenaje de Tarantino –una vez más- a todas esas películas de serie B con las que disfrutó en su juventud, y el resultado ha sido a su vez un bonito, colorido y muy bien hecho producto –también- de serie B. Sin lugar a dudas –y en eso coincido con la mayoría de las críticas que he podido conocer- lo mejor de todo ha sido el hallazgo del actor austriaco Christoph Waltz en el papel de Hans Landa, un entrañable hijo de puta, astuto como una comadreja, que roba a sus partenaires cada escena en la que interviene. Recomendable piltrafillas, sí, pero en su justa medida.
Bueeeeno, pues vamos a coincidir en la admiración de un director de cine!!
ResponderEliminarYo aún no la he visto, pero ganas tengo...así que después de leer su crónica, que conociendo a Tarantino me parece que va bien enfocada...la perseguiré con más premura.
jeje
Ya me contará.
ResponderEliminarA mi me gustó mucho y creo que tienes razón, la sed de venganza de Emmanuelle era una límea argumental más interesante. Y por supuesto, me quedo antes con Danielle Bruel antes que con brad Pitt.
ResponderEliminarAplaudo que coincida conmigo. Sin embargo espero que me disculpe la corrección, pero Danielle Bruel no existe -supongo que se refiere usted a Daniel Brühl, el actor catalanoalemán- y a quien ponía yo por delante de Pitt es a Mélanie Laurent.
ResponderEliminarEsta pelicula es un Remake de "Aquel maldito trén blindado" pelicula italiana protagonizada por los actores americanos Bo Svenson y Fred Williamson.
ResponderEliminarNo querría equivocarme, pero me temo que de aquella película Tarantino sólo ha cogido el nombre que se le dio en los States y uizás alguna idea. Sin embargo, creo que poco tienen que ver el resto de una y otra.
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