Sin embargo amiguitos –en relación a mi anterior entrada- tampoco es cuestión de comportarse como fanáticos intolerantes y excluyentes. Así, el que me sienta moderadamente orgulloso de mis lorzas –otros les llaman michelines- no significa que no me guste admirar el trabajo de los fotógrafos de moda o a sus esculturales modelos. Por ello, aquí tenéis el trabajo de Stefano Moro, fotógrafo italiano que a los diez años recibió su primera reflex y que no paró de aprender hasta que a mediados de los 90 pudo trabajar como asistente del gran Richard Avedon. En publicidad ha realizado campañas para Gianfranco Ferre, Dolce & Gabbana o Blumarine y en el ámbito de los editoriales ha publicado en las páginas de i-D, Arena, Tush o Amica.
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