Bueno, pues al final no ha podido ser. Amiguitos, Río de Janeiro se ha llevado la organización de los Juegos Olímpicos del 2016.
Con Tokyo presentando un buen plan pero con los habitantes de la ciudad pasando un huevo de los juegos y Chicago, la ciudad natal de la Primera Dama estadounidense –algo que a priori podría parecer una ventaja pero que seguramente ha jugado en su contra por lo que de trato de favor personal podría haber parecido- muy mal posicionada en las apuestas de última hora, la ciudad carioca era la única que podía hacer sombra a Madrid. De hecho, era la que yo creía que iba a ganar.
Y así ha sido piltrafillas. En fin, al menos la delegación española se marcha de Copenhage con la tranquilidad de que mucho más no se podía hacer y que en realidad la decisión, esa intención de voto secreta e interesada con la que juegan los miembros del COI, estaba tomada de antemano. Otra vez será, hay más días que longanizas, os lo dice uno que huyó de Barcelona y pasó los Juegos entre Tokyo y Kyoto. Y es que en el fondo son un engorro y -a menos que se sea un amante del deporte, lo que no es mi caso- sólo son útiles por la inversión previa en infraestructuras que se realiza y que después quedan para la ciudad.
Permitidme ahora ser un poco cizañero, y si me equivoco me corregís. Cuando Barcelona pugnaba por su designación, ¿a que no estaban allí ni el Presidente del Gobierno, ni el Jefe del Estado... ni la alcaldesa de Valencia?
Con Tokyo presentando un buen plan pero con los habitantes de la ciudad pasando un huevo de los juegos y Chicago, la ciudad natal de la Primera Dama estadounidense –algo que a priori podría parecer una ventaja pero que seguramente ha jugado en su contra por lo que de trato de favor personal podría haber parecido- muy mal posicionada en las apuestas de última hora, la ciudad carioca era la única que podía hacer sombra a Madrid. De hecho, era la que yo creía que iba a ganar.
Y así ha sido piltrafillas. En fin, al menos la delegación española se marcha de Copenhage con la tranquilidad de que mucho más no se podía hacer y que en realidad la decisión, esa intención de voto secreta e interesada con la que juegan los miembros del COI, estaba tomada de antemano. Otra vez será, hay más días que longanizas, os lo dice uno que huyó de Barcelona y pasó los Juegos entre Tokyo y Kyoto. Y es que en el fondo son un engorro y -a menos que se sea un amante del deporte, lo que no es mi caso- sólo son útiles por la inversión previa en infraestructuras que se realiza y que después quedan para la ciudad.
Permitidme ahora ser un poco cizañero, y si me equivoco me corregís. Cuando Barcelona pugnaba por su designación, ¿a que no estaban allí ni el Presidente del Gobierno, ni el Jefe del Estado... ni la alcaldesa de Valencia?
¡¡¡¡Pues no!!!!!
ResponderEliminarSolo estaban el Pujol y el Pasqui con sus rizos a lo afro......
Es lo que creía recordar. Luego todos se declararon muy orgullosos del evento y lo españolizaron y nos han recordado una y otra vez que el esfuerzo económico de todos los españoles ayudó a la consecución de los juegos y tal..., pero en el momento inicial nos dejaron bastante solitos.
ResponderEliminarSin acritud.
Eso sí, me reafirmo en pensar que lo llevar a la Barberá no ha sido buena idea.
PD. El Pasqui no tenía rizos, calamarcete.
¿Ah no?
ResponderEliminarRecuerdo que cuando era pequeño y vino a inaugurar el parque del Clot, (mi persona tendria unos 14 tiernos años) el tio bajó de la tarima para saludar a la enfervorizada multitud, entre los que estabamos yo, mis coleguillas y unos gitanillos del barrio que se metieron en el mogollón. Cuando se acerco a darnos la mano donde estabamos nosotros nos agolpamos sobre él, eso si, antes nos hechamos un lapo en la mano y luego muy risueñamente se la dimos al alcalde. Creo que entonces le vi los rizos, aunque es posible que tenga usted razón.
ay, que recuerdos.....
Un saludo!
Yo ya ni me acuerdo de cuando tenía 14 años, je je.
ResponderEliminarAh, para que vea si tenía rizos o no...
http://www.grec.com/hiperenc/gran/FOTO/FG003109.JPG