La segunda película del fin de semana ha sido La lista, thriller protagonizado por Ewan McGregor y Hugh Jackman que nos cuenta como un auditor de cuentas que tiene una vida más bien aburrida conoce a un tal Wyatt Bose, ejecutivo de éxito –aunque el realizador nos da varias pistas muy poco sutiles con las que cualquiera que esté atento, excepto el auditor pánfilo, se da cuenta de que no es trigo limpio- con el que entabla una amistad un pelín irreal por lo profunda que parece tras tan sólo un par de citas. Sea como sea, de manera accidental Jonathan –el auditor- cambia su móvil con el de Wyatt -que dice estar en el extranjero- y acaba descubriendo un grupo de contactos sexuales esporádicos formado por altos ejecutivos sin tiempo para relaciones sentimentales serias que por medio de llamadas telefónicas acuerdan citas de una noche en discretos hoteles de lujo de Manhattan. El pardillo de Jonathan ve el cielo abierto cuando Wyatt, lejos de sentirse incómodo, le invita a utilizar como quiera su móvil y los contactos que contiene. Es entonces cuando el auditor se dedicará a disfrutar de esas citas rápidas. Pero una noche descubrirá que una chica que hacía poco había visto en el metro y le había cautivado por su belleza es una de las integrantes de la lista –mira que es grande Nueva York- y comienza a enamorarse locamente de ella.
En fin piltrafillas, no os contaré nada más por si un día decidís verla –en el fondo es bastante pasable aunque de ninguna manera sea del nivel que la promoción dejaba entrever- pero la verdad es que a partir de ese instante todo resulta demasiado previsible. El ritmo –otro de los puntos en los que la crítica se ha cebado- no es precisamente ágil, pero a mi entender tampoco lastra demasiado una película en la que el objetivo que debemos marcarnos es el de pasar un rato agradable sin sorpresas ni argumentos complicados. Aunque es de esas en las que al principio de la película ya casi se intuye el final, a mi me ha gustado.
En fin piltrafillas, no os contaré nada más por si un día decidís verla –en el fondo es bastante pasable aunque de ninguna manera sea del nivel que la promoción dejaba entrever- pero la verdad es que a partir de ese instante todo resulta demasiado previsible. El ritmo –otro de los puntos en los que la crítica se ha cebado- no es precisamente ágil, pero a mi entender tampoco lastra demasiado una película en la que el objetivo que debemos marcarnos es el de pasar un rato agradable sin sorpresas ni argumentos complicados. Aunque es de esas en las que al principio de la película ya casi se intuye el final, a mi me ha gustado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario