domingo, 19 de julio de 2009

Cuestión de honor







Y la última película del fin de semana es la muy recomendable Cuestión de honor, una cinta policíaca que con la apariencia de thriller nos cuenta los secretos que atesora una familia de policías y los problemas que sufren. Se trata de gente como los demás, con sus miedos, sus sueños y su particular sentido de la lealtad y la ética, gente que en ocasiones mira hacia otro lado o silencia los deslices de los que les rodean para proteger la unidad de sus seres queridos pero otras veces se debaten entre servir a la justicia –cueste lo que cueste- o traicionar sus ideales.




Cuestión de honor es una película extensa que incluso podría ser más larga si hubiese ahondado aún más en la psicología de todos los personajes. La historia parte con la muerte de cuatro policías del grupo de narcóticos comandado por Francis Tierney en una redada poco clara . El Jefe Tierney –padre del anterior- le pide a su hijo Ray –un héroe ahora relegado a un puesto de despacho en Personas Desaparecidas por culpa de un suceso del pasado- que regrese a las calles y se haga cargo del grupo especial que debe investigar el cuádruple asesinato. Pero conforme avanza la investigación, una trama en la que Jimmy –cuñado de Ray- está involucrado va haciéndose cada vez más evidente. La corrupción policial, el compañerismo, el silencio como herramienta para evitar un mal mayor y la tendencia a resolver o enterrar los problemas del departamento de policía lejos de la opinión pública afloran en la manera de pensar de los diferentes miembros de la familia Tierney. Si os gusta la acción clásica –sin fuegos de artificio ni efectos especiales-, las interpretaciones sobrias y cierto trasfondo algo más profundo que las simplonas ensaladas de tiros no os perdáis esta película.

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