martes, 23 de junio de 2009

Sant Joan 2009


Y ahora debo dejaros porque he de prepararme psicológicamente para una cena familiar y vecinal con motivo de la celebración -ya os contaré las ganas que tengo yo de celebrar nada- de la verbena de San Juan. Es decir amiguitos, que voy a intentar beber el máximo de alcohol -intentando pagar lo mínimo, que no están las arcas para dispendios- para poder sobrellevar el insoportable olor a pólvora y hollín, la horrorosa música de baile -soy un metalhead ¿recordáis?- y el infernal ruido de cohetes y petardos -¿por qué no se los meterán algunos por el recto?- antes de poder regresar a casa y echarme a dormir. Llamadme antisocial, pero uno llega a una edad en la que le quedan pocas ganas de hacerse pasar por otro y comportarse u opinar de manera distinta a lo que siente. Para la hipocresía, la falsedad y la mentira ya está el día a día en la oficina y en el trato con los superiores.

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