Piltrafillas, ayer noche vi Black Dahlia, película de Brian De Palma basada en la novela de James Ellroy a su vez inspirada en el asesinato de Elizabeth Short. Ambientada en Los Angeles durante los años 40, se trata de una cinta que me hizo recordar L.A. Confidential y la más reciente Changeling. Black Dahlia se encontraría cronológicamente entre la segunda y la primera y, al igual que aquellas, hay que aplaudir la ambientación y el diseño de producción. Sin embargo, dejando a un lado ese aspecto y la buenísima fotografía, poco más hay que decir de esta cinta. En resumen os diré que Black Dahlia va de dos policías ex-boxeadores que comparten una amiga –triángulo mal aprovechado en pantalla, sin el menor atisbo de química- con un pasado oscuro, del cadáver de una actriz salvajemente desfigurado que aparece en un solar, de la industria del cine y de la hija de un constructor, una joven que se mueve en ambientes lésbicos de la noche angelina y que tiene cierto parecido con la víctima.
Amiguitos, no he leído la novela original de Ellroy pero al parecer se trata de una obra densa, perfectamente hilvanada y llena de talento, que es precisamente lo que le faltó al equipo de guionistas cuando tuvo que condensar la historia para llevarla a la pantalla. A ver, yo no he estudiado cine y –aunque me empeño en comentaros las películas que veo- tampoco tengo demasiada idea sobre el tema, sin embargo creo que cuando se trata de adaptar una obra larga sólo quedan dos salidas. Una es rodar una película de más de tres horas y la otra es escoger varios aspectos de la línea argumental de la novela y desarrollarlos, aunque eso suponga dejar otros –personajes incluidos- fuera de la historia. Lo que no se puede hacer, o no tiene buen resultado, es meter con calzador en un metraje estandar un resumen de la trama, ya que invariablemente nos encontraremos ante demasiada información y muy poco explicada. Eso es lo que ayer pude ver piltrafillas, personajes sin profundidad y una trama enrevesada –como las que a mi me gustan- pero poco clara y muy mal resuelta. Si no os gusta demasiado el cine negro, dejadla estar. Y si os gusta el género, pensad que esta cinta tiene poco de obra maestra y que quizás sería mejor hacerse con la novela.
Amiguitos, no he leído la novela original de Ellroy pero al parecer se trata de una obra densa, perfectamente hilvanada y llena de talento, que es precisamente lo que le faltó al equipo de guionistas cuando tuvo que condensar la historia para llevarla a la pantalla. A ver, yo no he estudiado cine y –aunque me empeño en comentaros las películas que veo- tampoco tengo demasiada idea sobre el tema, sin embargo creo que cuando se trata de adaptar una obra larga sólo quedan dos salidas. Una es rodar una película de más de tres horas y la otra es escoger varios aspectos de la línea argumental de la novela y desarrollarlos, aunque eso suponga dejar otros –personajes incluidos- fuera de la historia. Lo que no se puede hacer, o no tiene buen resultado, es meter con calzador en un metraje estandar un resumen de la trama, ya que invariablemente nos encontraremos ante demasiada información y muy poco explicada. Eso es lo que ayer pude ver piltrafillas, personajes sin profundidad y una trama enrevesada –como las que a mi me gustan- pero poco clara y muy mal resuelta. Si no os gusta demasiado el cine negro, dejadla estar. Y si os gusta el género, pensad que esta cinta tiene poco de obra maestra y que quizás sería mejor hacerse con la novela.
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